La bruma verde de Gonzalo Giner
Sinopsis
Una historia de amor y lucha por un mundo mejor
Una gran aventura en el corazón de África
Vuelve el autor de El sanador de caballos con una emocionante novela
que te robará el alma.
Bineka, nacida
en la profundidad de uno de los últimos pulmones verdes del planeta, es
apresada por Maxime y sus hombres, que han arrasado su aldea. Pero, tras sufrir
un accidente, la madre selva la protege y es adoptada por un clan de
chimpancés, con los que convivirá varios meses.
Al mismo tiempo, Lola Freixido, una exitosa directiva, viaja al Congo para
rescatar a su mejor amiga, Beatriz Arriondas, una cooperante medioambiental que
ha sido secuestrada.
Bineka y Lola se enfrentarán a una compleja trama de corrupción y se verán
abocadas a una huida llena de aventuras que correrán en compañía de Colin
Blackhill, un cooperante británico que se cruza en su camino y que ayudará a la
joven congoleña a luchar por la conservación de su mundo.
Un vertiginoso thriller. Un conmovedor alegato ecologista. Un canto al
conservacionismo y una gran historia de amor en la legendaria selva africana.
Opinión
Es una opinión
basada en las impresiones recibidas de mis hijos, porque es una LC que realicé
con ellos. Como toda la lectura conjunta está influenciada por los otros
lectores, no modifico mi valoración para pertenecer al grupo, como se haría en
la de adultos (nos entendemos, la famosa: aceptación). Quería ver su enfoque,
su reflexión, los sentimientos que la historia despertaba y usar la lectura para
la enseñanza humana y la comprensión de otras culturas. Porque no estamos solos
en el mundo ni somos el ombligo de este.
Comencé sola, pero al leer las
primeras andaduras de Bineka, me dije, esta lectura es ideal para hablar con
ellos sobre África, largo y tendido. Porque hace cuatro años, R.C. fue como cooperante,
repitió al siguiente, luego vino el MIR y el Covid, ahora anda en Gran Canarias
persiguiendo un sueño. Vino impresionado por la naturaleza, la armonía entre el
hombre y la selva, pero también horrorizado por la otra cara de la moneda. Las
aldeas con decenas de niños que sonríen a la cámara y juegan ausentes del dolor
y miedo que les acecha. Kinshasa es una ciudad cuyas calles están llenas de
niños y madres que no tienen la mayoría de edad, da para pensar y mucho.
Que Bineka y Sanza (madre de dos
hijos) tuviesen la edad de ellos, año arriba año abajo, me vino fenomenal, no solo para trabajar las emociones, pasaron de la tristeza, al enfado, la rabia
y hasta el miedo, también para que comprendieran que no todos los niños del mundo, tienen
los privilegios con los que ellos cuentan, que algunos con su edad, son adultos
y responsables de hijos. Vértigo me da solo de pensarlo, yo que maduré la
decisión de ser madre hasta los treinta y cinco, y el enorme cambio que esto
significó en mi vida.
Esta fue la primera parada de muchas. R.C. nos contó que está prohibido
hablar de sexo, es tabú, se piensa que cuanto más se diga sobre ello, los jóvenes
más se animarán a practicarlo. Me quedo sin palabras y sin explicación. «No
saben cómo funciona el aparato reproductor y hay mitos que aseguran que usar
anticonceptivos, de la clase que sea, deja estéril». Os narraría la historia de
cientos de niñas que se sorprenden cuando escuchan que están embarazados, cómo
se pudo meter ahí. Hay una ONG francesa que trabaja sobre esto.
Bineka nos muestra las raíces más arraigadas, la consonancia perfecta del
hombre y la selva. Tonuk, su abuelo, representa las enseñanzas de las aldeas:
rituales y ritos. Las ceremonias, juegos, fiestas, bailes, cantos y dibujos.
Es una novela muy recomendable, las emociones se ponen a flor de piel,
han llorado con la muerte de Mashira, me miraban pidiendo que yo cambiase tan
triste destino, acababan de aguantar el aliento con el final de Takuro y el
resto de simios, ella no puede morir, decía mi hija. Pero la vida no es justa y
ahí estaba la prueba. ¿Por qué lloraron con la muerte de estos seres tan extraordinarios
y no con la gente de la aldea? Que nadie se preocupe si ve estas reacciones en
sus hijos, llorar por la muerte de un perro en pantalla y no por la de un ser
humano, no es cosa de psicópatas, ni nada por el estilo.
Gonzalo Giner es un maestro describiendo animales, empatizando, cada
detalle, curiosidad, nos acerca a ellos hasta sentirlos nuestros, como nuestra
perrilla Solei, uno más dentro de nuestro hogar. Las emociones más fuertes e
intensas las reciben de los simios, han convivido con ellos en la selva, saben
las costumbres y lo que significa cada gesto o gruñido. Pero ojo, nos movemos
en el mundo de la imaginación, en el mundo real, las impresiones serían
diferentes, Tonuk les da pena, Bineka sufre y lo sienten, mis hijos han perdido
un abuelo, saben el vacío que deja. He visto rabia en los ojos de mis hijos,
desprecio hacia la avaricia… y entonces, los telediarios dan la noticia de la
muerte de David Beriain y Roberto Fraile, otro largo parón para hablar de la
caza furtiva y lo mucho que les sobra el dinero a algunas personas.
Y como yo misma, qué opino de la obra, pues hay diálogos poco trabajados,
escenas muy cotidianas que no aportan, Lola Freixido y Beatriz no han terminado
de cuajarme. Es una novela muy comercial, que narra un problema crucial, una
denuncia social de las malas artes de grandes multinacionales, esto me gusta,
pero como se puede ver en la reseña, no es lo que destaco.
Excelente opinión. Lo leeré más adelante, pero me gusta mucho como leíste este libro... Una LC especial
ResponderEliminarMuchas gracias. Son momentos increíbles, que tú conoces bien, lees con adolescentes y te dan su visión de la historia, captas como piensan o sus experiencias...
EliminarUna gran lectura conjunta. Bonita forma de enseñar. Yo es que soy muy fan de Gonzalo desde hace mucho jjjjj
ResponderEliminarMuchas gracias por valorar mi reseña, no es la forma habitual o lo más corriente, son más bien impresiones, a los escritores no les gusta, pero yo hago esto por placer. Yo he leído mucho también de él, me gusta la sintonía que tiene con los animales. Un saludo y gracias por pasarte
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