La casa del padre de Karmele Jaio
Título La casa del padre
Autor Karmele Jaio
Editorial Destino
Sinopsis.
Una de las voces más potentes del
panorama literario vasco.
4.ª EDICIÓN EN LIBRERÍAS
PREMIO DE LA 111 AKADEMIA 2019 AL
MEJOR LIBRO EN EUSKERA
PREMIO AL MEJOR LIBRO EN EUSKERA
POR LA ASOCIACIÓN DE LIBREROS DE NAVARRA
Ismael está bloqueado. Lleva dos
años intentando escribir su próxima novela, pero no consigue producir más que
borradores sin vida, y no llega a los plazos acordados con su editor. Se
cuestiona todo lo que escribe, algo que no le había ocurrido nunca. Su
situación se complica el día en que su madre tiene un accidente e Ismael se ve
obligado a pasar todas las tardes con su padre para cuidar de él. Esas horas lo
transportarán de golpe a un momento que quedó congelado en su infancia y que
Ismael ha mantenido oculto hasta ahora entre sus recuerdos.
Jasone es la primera lectora y
correctora de los textos de su marido. Desde hace años vive dedicada a su
familia, y aunque ella también escribía de joven, lo dejó. En este último año
se ha quedado por las noches frente al ordenador, y a escondidas ha comenzado a
crear de nuevo.
Cada uno jugará con su secreto en
medio de una marejada emocional en la que los silencios, como casi siempre,
hablarán más que las propias palabras.
Opinión.
Una novela profunda que sin duda
deja poso, cómo me gustan estas historias, que tras días de leerla sigues
pensando en frases, que invita a la reflexión. Personajes que se someten “libremente”
a lo que se espera de ellos, decisiones tomadas o no, palabras pronunciadas o silenciadas,
cargas que ahogan. Magnífica. Hay tantas interpretaciones a las vidas de Ismael
y Jasone, tanto por contar, tanto valor a cada diálogo interior que no es sencilla
de reseñar.
Habla
de la masculinidad, del feminismo. De lo condicionada que está nuestra infancia
al género, nuestros rígidos roles. De lo que supone para Ismael y Jasone
escribir, el bloqueo de uno y la liberación de otro:
«Quizás por eso es peligroso escribir. Es una peligrosa
marea baja que deja a la vista las rocas escondidas bajo el agua. Y lo que
aparece no siempre nos gusta. Porque con la marea baja desaparecen las palabras
que utilizamos cuando estamos a flote, las que sobreviven como una colchoneta
sobre la superficie; y aparecen esas otras, las que pesan como el plomo…».
Hablamos
de Libe, la homosexualidad reprimida en la figura de una feminista, del
sentimiento de culpa. Una culpa que diferencia personajes y motivos, porque no
todas las culpas son la misma, aunque se hable de lo mismo. La culpa de Ismael
es por no ser el «varón» que se espera de él. La de Jasone, por convertirse en
una sombra, escudada en responsabilidad y en el papel que se espera de toda buena
madre. La de Libe por huir y predica lo que no hace, consejos da que no tiene
para ella.
El
viaje más arriesgado es el que nos hace regresar al pasado. Siempre hay un
porqué que acaba apareciendo. Silencios afilados.
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