Adiós, pequeño de Máximo Huertas
Sinopsis
Cuando el pasado vuelve cargado de silencios.
«Mi madre habría sido más feliz
si yo no hubiera nacido.» Así arranca el desgarrador testimonio de un escritor
enfrentado a la más dura de sus narraciones, la de su propia vida. Asaltado por
los recuerdos mientras cuida a su madre enferma, el pasado se le presenta con
vacíos que no logra llenar.
A través de silencios y de un
gran talento para la observación, el autor desnuda su intimidad y nos obsequia,
con belleza y maestría, el retrato de un país y una época desde su propio
universo familiar. Lo acompaña como confidente su vieja mascota, una perrita
leal y encantadora.
Descubrir por qué elegimos amar a
quien no amamos exige una sinceridad implacable, y eso es lo que no falta en
este hermoso relato de despedida. Adiós, pequeño es la reconstrucción
emocionante de una infancia en la que todos, abuelos, padres e hijos, han
callado demasiado.
Cuando el pasado vuelve cargado
de silencios.
Opinión
«Qué difícil está siendo morirnos»
Cuando terminé de leer la novela,
de la que no sabía nada en absoluto, ficción o real, solo un dato, por Pepa
Locura de Libros, que había ganado el premio Fernando Lara, le dije, tengo
que dejarla reposar porque aquí hay muchas proyecciones, mucho dolor, culpa y
miedo, es como un diario escrito atropelladamente para alejar las emociones
negativas. «Esa quietud incendia mis temores. Escribo aquí para mitigarlos».
A lo largo de la vida nos suceden muchísimas cosas que nuestro cerebro tiene
que asumir, unas le cuesta más que otras, es como la digestión del estómago. A veces
suceden situaciones emocionalmente intensas, la enfermedad o el fallecimiento
de un ser querido pilar en nuestra vida, entonces nos asaltan esos
recuerdos, algunos casi olvidados, que no hemos procesado y se quedaron
enquistados, ¿por qué nos asaltan? Esa nueva situación que debemos procesar se engancha en esa
puerta del desván donde guardamos nuestra memoria más dolorosa y por ese
resquicio, casi diminuto, se cuela el resto de situaciones pendientes de
resolver emocionalmente.
Es una obra autobiográfica, su historia más intimista, escribir sobre uno es abrir la caja de Pandora. Hay cierto desorden, «voy de recuerdo en recuerdo». Uno de los momentos más tristes de la vida es cuando cierras una casa porque los que habitaron en ella ya no están, «en ocasiones miro al interior de esas casas ahora cerradas, para encontrar el reflejo de aquellos días de jarana», y empieza una caída hacia lo más profundo de uno mismo a la que hay que poner freno, porque es una caída libre y a las profundidades hay que adentrarse con prudencia.
La vida no es cómo la imaginamos de niños, pocos se ajustan a esos sueños
de la infancia, la vida tiene sorpresas inesperadas que modifican
nuestro pensamiento y carácter, «se le parece, pero no es aquello que
imaginamos de niños».
«El miedo se hereda». Y sí Máximo, algún día
echarás de menos esos momentos finales.
Y
volveremos a hablar de este libro cuando llegue el momento.
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