Jane Eyre de Charlotte Brontë

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Jane Eyre es una novela escrita por Charlotte Brontë, publicada en 1847 por Smith, Elder & Company, que en el momento de su aparición consiguió gran popularidad, encumbrando a la autora como una de las mejores novelistas románticas, y es hoy considerada un clásico de la literatura en lengua inglesa. Janes Eyre es una niña huérfana que va a vivir con su tío, hermano de su madre, pero esto fallece pronto quedando al cuidado de su tía, la cual, hará, junto a sus tres hijos la vida imposible a la pequeña. Cansada de Janes, la envía a la escuela Lowood, allí no mejoran muchos las cosas, Señor Brocklehurst es de esas personas que creen lo que les cuentan sin contrastar y obran en consecuencia. Pero no todo es malo, conocerá a Helen, una muchacha encantadora que nos pondrá el nudo en la garganta. Los años pasan y Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija adoptiva del señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterioHasta aquí puedo leer.







📚 Janes Eyre de Charlotte Brontë

Edita #lamardefácil
Traducción #NúriaCliment
Ilustración #DaniSoms


«—Es mejor aguantar con paciencia —dijo la joven Helen Burns.

—Yo creo que tenemos que protestar contra los malos para que cambien. Cuando nos peguen, tenemos que devolvérselo, así no nos pegarán más…»




«… usted sabe que quiero educar a estas jóvenes sin acostumbrarlas a lujos y excesos. Si no hay suficiente almuerzo, tiene que esperar hasta la comida y aprender a ser fuertes—dijo el señor Blocklehurst»

«Yo no confundiría nunca la informalidad con la falta de respeto. Pero ninguna persona libre de be someterse jamás, ni siquiera por un sueldo»

«Dicen que la bella está en el ojo de quien mira»

 


¿Podríamos decir que es una novela de contrastes morales? Fijémonos en las figuras de la protagonista y su amiga Helen. ¿Qué os parece la tragedia del señor Rochester? Sin salida.  Señor Brocklehurst, me cae fatal, y su discurso sobre lo que él llama lujo, pura hipocresía victoriana, deshumanizar a las niñas y romper su voluntad, eso es lo que yo veo en su trato. La primera heroína de la literatura que no es bella, es resiliente, fiel a ella misma y sus principios, busca afecto y respeto, pero no a cualquier precio. Bertha Mason está encerada por vida, a salvajada por la ausencia de contacto y tratamiento, ¿qué enfermedad mental padece? Tendré que investigar un poco más sobre el divorcio en la época victoriana

¿Por qué no encerró a Bertha en un manicomio? Hay documentación que demuestra que en los siglos XIX y XX, muchas mujeres fueron internadas en manicomios de forma forzosa e injustificada, a menudo a instancias de sus maridos, para casarse con otras mujeres o disponer de sus fortunas. Estos lugares funcionaron, en muchos casos, como cárceles o centros de reclusión por motivos que hoy se consideran absurdos o directamente misóginos, por incumplimiento de los roles de género. Ejemplo, desafiar a los varones, leer en exceso, negarse a realizar tareas domesticas o cumplir en la alcoba, madres solteras, mujeres que se fugaban de casa para no casarse obligadas…, pero nuestra protagonista no se hubiese enamorado de un ser tan ruin, o quizá en aquellos años esta práctica no era habitual. Ya me diréis que averiguáis.   

 #GothicNovel #Misterio #JaneEyre #Rochester #ClasicosLiterarios #DebateLectura

 

¡Feliz lectura!





PD:

La edición que tengo en casa, de mi madre, a mi hija no le gustaba nada en absoluto,  agobia, me dijo. Fuimos a la biblioteca y retiramos la de las imágenes. 




Esto da pie a una reflexión sobre las diferencias generacionales. Las ediciones antiguas —las que heredé de mi madre y de mi padre— son densas, compactas, con letra pequeña y poco aire. No invitan, exigen concentración. A golpe de vista fatiga, no se descansa visualmente. Presuponen un lector dispuesto al esfuerzo, a la paciencia, a entrar en un texto sin ayudas visuales ni descansos. No hay inmediatez. Esa era también una manera de vivir, más contención, menos comodidad, menos derecho a decir esto me abruma, te tienes que adaptar si quieres leerme, parece gritar la maquetación de las páginas.

Mi hija, no rechaza los libros; está rechazando la experiencia emocional que le producen. Lo que dice es muy revelador: “me agobia”. No habla de aburrimiento ni de falta de interés intelectual, sino de sobrecarga. Las ediciones modernas, con espacios en blanco, ilustraciones y letras grandes, transmiten casi un mensaje implícito: “Puedes entrar aquí sin miedo. No hay prisa. Respira.”

Y aquí aparece la parte psicológica..., yo soy disléxica, lo que habría dado por textos así, yo crecí entre libros que no buscaban salvar mis diferencias. Aprendí —como tantas personas— que lo valioso cuesta, que lo difícil ennoblece, que quejarse es un lujo. Y ahora veo que mi hija no acepta eso como norma básica. No porque sea más frágil, sino porque no está dispuesta a "sufrir" para acceder a la lectura.




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