Historia de los perdedores de Luis E. Fernández

 


 


Título Historia de los perdedores

Autor Luis E. Fernández

Editorial Espasa

 

 

Sinopsis

De los neandertales a las víctimas de la globalización

Un homenaje a los agentes de la historia que han quedado fuera de la crónica oficial o han sufrido su desprecio.

 

Dicen que la historia la escriben siempre los vencedores y, al hacerlo, dejan fuera a los perdedores, los ignoran o los tratan de tal manera que provocan hacia ellos desprecio e incluso odio. El pasado debe narrarse como fue, o al menos como el historiador, a la vista de sus fuentes, cree que fue, sin hipotecas de ideas o intereses, desde la honestidad y el rigor intelectual. Y hacerlo así exige dar voz a quienes han sido privados de ella y escuchar al menos su versión de los hechos para construir un relato equilibrado de nuestro acontecer como especie.

 

Historia de los perdedores no habla de guerras ni de bata­llas; habla de personas, gentes y pueblos. Por sus páginas desfilan herejes y extranjeros, locos y marginados, brujas y mendigos; pero también reyes desheredados, soñadores a destiempo, rebeldes sin causa, amantes de lo prohibido, caminantes sin camino… y pretende, sobre todo, contar la historia de otra forma, distinta a la tradicional. Como escribió Nietzsche: «Necesitamos de la historia, pero la necesitamos de otra manera a como la necesita el holgazán mimado en los jardines del saber».

 

Opinión

 

¿Por qué no se escriben los libros de texto de Historia así? La mayoría no conectan con los alumnos y estos se aburren mortalmente ante ellos, y a no ser, que el profesor sea un apasionado, y sepa trasmitir la misma, la asignatura se convierte en tediosa. La Historia no es aburrida, le digo a mis hijos de continuo, es aventura, misterio, traiciones, intriga y venganza, pero también son personas olvidados que tenemos que rescatar y colocarlas en su lugar, como las hazañas de las mujeres, los neandertales, los cátaros, lo esclavos y hasta los soldados de las batallas, conocemos capitanes, generales, pero no los que dieron su vida en el frente, personas de carne y hueso con historia.

 

«Toda sociedad margina a quien no comparte sus valores dominantes».

 

He leído con ellos fragmentos de esta obra, empezando por la afirmación que realizó Franz Mayer ante la teoría de Schaaffhausen, puedo decir que la escena se nos presentó como delirante y absurda entre eruditos de la época. También sentencias que sobrecogen por su crueldad, «El senadoconsulto Silaniano prescribía en caso de muerte violenta de un ciudadano romano, la tortura y la condena a la pena capital de todos sus esclavos, considerados como cómplices del homicidio o encubridores del asesinato. Los siervos que denunciaban a los asesinos de su amo se les concedía la libertad». ¿Qué es la fiesta de los locos o la torre de locos? He de reconocer que el Medievo, La Edad Media, siempre fue mi época y no es tan oscura como muchos creen. Luis E. Fernández elige un tema fascinante:

 

«Las brujas y, de algún modo, las mujeres en su conjunto, se convirtieron así en los chivos expiatorios más populares de la historia de la humanidad».

 

Conozcamos los primeros tratados de brujería de 1435 por Johannes Nider, Formicarius, la bruja causa daños a los hombres y los objetos de siete maneras diferentes. Las mujeres en el Medievo tuvieron un papel relevante, Blanca de Castilla y Leonor de Aquitania. La Edad Media acaba poco después de la muerte de Juana de Arco, una mujer que encabezó el ejército francés, idea inimaginable en siglos posteriores.

La Historia no es un ejercicio tortuoso para recordar fechas, nombres y lugares. Los datos no sirven para nada, son las enseñanzas, las decisiones que se tomaron y lo que estas acarrearon, los errores cometidos y sus consecuencias, esto da el valor a la Historia. No es una asignatura que hay que aprobar sin más, ¿qué valor tiene entonces las andanzas de otros? ¿No es sabiduría que nos sirve para no cometer eternamente los mismos errores? Es saber de dónde venimos, quiénes somos y por qué. Nos permitirá ser personas de alas y raíces. Seguridad y estabilidad.

A raíz de una lectura reciente, combinando ambas, me di cuenta que no todos los olvidados y borrados son los perdedores. Cuando se escribe en la Historia, las guerras y las batallas que forman las muescas de su medida, se escriben los nombres y apellidos de personajes de la cúpula, y desaparecen los soldados que van al frente, los que dan la vida dentro y fuera de la batalla, porque al regresar algunos no encuentra ni mujer ni hijos.

El historiador debe dejar fuera su ideología y hacer justicia.



 

Autor

 

Luis E. Íñigo Fernández (Guadalajara, 1966) es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), inspector de educación y profesor del Centro de Estudios Magíster. En su dilatada carrera ha desempeñado cargos diversos, entre ellos el de subdirector general de Inspección Educativa de la Comunidad de Madrid, y ha impartido clases en las Universidades Nebrija y Camilo José Cela. Especialista en la Segunda República española, sus investigaciones se han centrado en los partidos republicanos moderados. Es autor de más de una veintena de libros, que incluyen trabajos de investigación como La derecha liberal en la Segunda República Española o Melquíades Álvarez. Un liberal en la Segunda República y también biografías, como Francisco Franco. La obsesión por durar. Gran aficionado a la ciencia ficción, ha publicado Breve historia de la ciencia ficción, la única monografía en español que analiza la evolución del género en todas sus manifestaciones.


Historia de los perdedores


Gracias a Pepa locura de libros y  a mis compañeras del Club de lectura locura de libros.



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