Nosotros dos en la tormenta de Eduardo Sacheri. PRESENTACIÓN
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Sinopsis
Una historia emocionante sobre aquellos que desearon una
revolución en una época turbulenta en la que cualquier cambio parecía ser
posible, por el ganador del Premio Alfaguara de novela, un autor con más de
500.000 lectores en el mundo.
-A vencer o morir, como
dicen ustedes.
-¡Más bien que a vencer o morir!
-¿Y no pensaste qué pasa si no vencemos? ¿Estás seguro de que preferís morir?
-¡No, porque vamos a vencer!
-¿Y si no?
-¡Si no, nada, porque vamos a vencer, te digo!
1975. Dos jóvenes
integrantes de distintas organizaciones armadas mantienen su amistad de toda la
vida reuniéndose como pueden, en los intersticios que les permiten sus
actividades revolucionarias.
Nosotros dos en la
tormenta cuenta el día a día de dos militantes, de dos células, de sus
acciones violentas y de aquellos que se ven afectados por estas: las víctimas y
sus familias, pero también los seres queridos de los propios guerrilleros. Es
la historia del entusiasmo y las dudas, del arrojo y la rivalidad, del
encandilamiento que provoca fijar la vista sin descanso en un sol brillante e
imperioso, de la dinámica enloquecida de una época turbulenta, donde el tiempo
jugará en contra de todos y le abrirá camino al poder de la muerte.
Inquietante, conmovedora
y cercana, esta novela nos retrotrae a la década del setenta de un modo nuevo:
sin esquivar las paradojas y descubriendo a los seres humanos cobijados bajo
las banderas de los apasionamientos políticos más extremos.
Presentación
«El silencio no es a largo plazo una buena idea»
Fantástica presentación la de ayer,
25 de septiembre, en la librería Rafael Alberti. Ray Loriga, escritor,
guionista y director de novelas, Tokio ya no os quiere, Cualquier verano es
un infierno, Lo peor de todo o Redención, entre muchas otras, conversó con
Eduardo Sacheri con motivo de su última novela, Nosotros dos en la tormenta.
Un brevísimo resumen de los rasgos más
importantes de la novela, sin spoilers. Ray Loriga cuenta la capacidad tan magnífica
de Eduardo de hacer que lo narrado parezca real, mientras lo lees va sucediendo
delante de tus ojos, es un escritor muy visual. Una novela coral, con solo una
voz en primera persona, la más dolorosa y emotiva, con la que Eduardo más se
proyecta como padre de veinteañeros, ¿qué supone ser padre? La presión de serlo
y los diferentes puntos de vista por la experiencia que da la vida. La voz de
uno de los padres de los revolucionarios, conmovedora, no está de acuerdo con
las acciones de su hijo, pero sabe que discutir o enfrentarle a la verdad
supone perderle. "Los personajes no funcionan si el autor no los habita, hay que
estar en sus cabezas, viendo por sus ojos y escuchando por sus oídos, no resultó
nada sencillo y me llevó un tiempo, casi al final, en el último tramo de la
novela vi el mundo como ellos. Tuve que trabajar mucho, eran ajenos a mí".
Uno
de los mayores retos de la novela fue meterse en la piel de sus personajes, un
grupo que decide que sus razones son potentes para convertirse en asesinos,
para secuestras niños, asesinar ancianos, son daños colaterales, dicen. Una época
donde la violencia estaba normalizada y se naturalizaba matar. Argentina 1975,
una época convulsa, se trata un tema terrible, sin un dedo moralizador, cada
lector que ponga el suyo. Al tener tantos personajes, la historia es rica en
puntos de vista, en cada capítulo un personaje tendrá el foco sobre su hombro.
En
cierta medida es una novela histórica, ambientada en un momento concreto, bien
documentada y contextualizada, que cala honda. Precisas de la información
necesaria para seguir la trama, parece ajena, por la superficie puede, pero en
el subsuelo todo conflicto bélico se conecta, y no nos resulta tan extraña. Montoneros
y ERP, fueron los dos grupos armados más exitosos, los que más actuaron, no estuvieron
enfrentados pero tampoco colaboraron, tenían un enemigo en común y diferente
estructura y forma.
Miedo. "Tuve miedo de escribir la historia y calculé cada detalle para que nadie se la
apropiara como reivindicación de nada. Es un tema incómodo y eso me obligó a
escribirla, porque si uno no habla de lo incómodo y se hace un silencio, nace
algo peor, los discursos extremos, el discurso de los desquiciados. Incomodidad
retrospectiva".
En
breve mis impresiones.
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