Vicente Blasco Ibáñez
Hi
Tal día como hoy…
… 29 de enero de 1867 en
Valencia, nació #VicenteBlascoIbáñez.
Escritor, periodista y político
republicano español, propulsor del naturalismo y del realismo. En torno a su
figura y al periódico El Pueblo, fundado y dirigido por él, se desarrolló en la
ciudad de Valencia un movimiento político republicano conocido como blasquismo.
Su estilo se llama Naturalismo literario. Su personalidad arrolladora, impetuosa
y vital le trajo más de un quebradero de cabeza, tal y como al personaje de su
novela, Sangre y arena. Un escritor de perfiles
psicológicos.
Lo
primero que leí de él fue, Cañas y barro, 1906, en el instituto, hoy no
se lee a este autor. Si me lo permitís, su mejor novela, solo he leído tres, no
sé si eso es criterio suficiente. Una novela con grandes perfiles,
recordáis cómo nos presenta a cada personaje, esa barca correo, magistral. Ese
paseo tan fascinantemente descrito, no solo nos da los rasgos más
significativos de los personajes, nos ofrece una visión realista del lugar
donde se mueve la historia, la sensación de aislamiento, vacío y sentencia a
muerte que va impregnando. Muy recomendable, pero hoy vengo a hablaros de Sangre
y arena.
Sangre y arena, 1908.
Vamos por el principio. Soy antitaurina,
no he leído mucho sobre este tema, me costó acabar Muerte en la tarde de
Ernest Hemingway, y cuando Marta me pidió que la sustituyera en su grupo de
lectura y que se trataba de esta novela, puse los ojos en blanco y maldecí. ¡Uff!, dije. No te preocupes, no vas a poder meter baza, te lo digo yo que las conozco.
Leí
la novela, tomé mis notas, me apunté más de una pregunta y llegada la fecha,
fui, entré, para ser un grupo de octogenarias hablaban y revoloteaban más que
mis adolescentes, la mejor lectura en mucho tiempo, fascinada, qué pena que
hayamos dejado de escuchar a nuestros mayores.
Esta
novela está basada en la vida del torero Manuel García Cuesta, El Espartero,
muerto por una cogida en la plaza de toros de Madrid en 1894. Juan Gallardo, un
hombre de origen humilde que consigue alcanzar el triunfo y la fama gracias a
su valentía en la plaza, vive agitado por las contradicciones que le vienen
impuestas, su vida humilde, un donnadie, choca con la vida que le muestra su
apoderado José, riqueza, frivolidad; también se le demanda que arriesgue más,
un público exigente que roza la incoherencia al pedir que niegue la
peligrosidad del toro en la arena.
«Sus cuernos no le daban
miedo. ¡Peores cornadas da el hambre!»
Juan Gallardo conoce
a doña Sol, su amante, él está casado con Carmen, una mujer que cumple a raja
tabla lo que se espera de ella, cuando conoce a Sol, una aristócrata
sofisticada, su vida da un vuelco. Por lo visto había más de una en aquella época,
me dice el grupo de lectura, «hacían cosas insólitas, un poco ridículas». Sol
es una mujer bastante frívola y hambrienta de aventuras por ese aburrimiento
que se calza, la rutina es matadora para ella y huye como de la peste, se cansa
de Sevilla, del torero, del bandolero y de ella misma. Es un personaje
fascinante al que Blasco Ibáñez le dedica un buen perfil, su rasgo más característico
de su temperamento es la búsqueda insaciable de la novedad, ¿por qué temperamento
y no personalidad? Porque creo que es innata a ella, característica heredada, ¿no
se ve el mismo rasgo en su tío, el marques? Además, se mantiene en el tiempo. A
Sol le gusta lo desconocido, se siente atraída por aquello que la saque de su
zona, como cuando conoce al bandido, es peligroso, un asesino, pero ella
necesita no solo verle, le regala una flor, le provoca, se acerca y lo mira
seductoramente, en esta escena nos da otro rasgo, impulsiva, caprichosa y
carente de reflexión; son extravagantes, se alejan de lo socialmente correcto,
para acabar marcamos lo anterior, son poco tolerantes a las frustraciones, se
aburren en seguida y son iracundas. Impresionante el perfil.
Juan Gallardo
y doña Sol, sus personalidades contradictorias y sus deseos insatisfechos los
llevan a tomar decisiones impulsivas y a sufrir las consecuencias, uno más que
otro.
La novela es una historia de amor y
pasión, también una crítica a la sociedad de la
época. Blasco Ibáñez explora temas como la #clasesocial, la #violencia,
la #superstición y la doble moral. Realiza una crónica detallada de las
costumbres y la sociedad de la época, desarrollando como pocos el naturalismo
con escenas minuciosamente descritas como la Semana Santa sevillana, cómo se
enfunda el torero su traje de luces y cuál es su ritual antes de salir a la
plaza, y ofreciéndonos un retrato fiel de la Sevilla decimonónica, ignorante y
supersticiosa, poblada de señoritos y bandoleros, una ciudad que vibra con las
corridas, los toreros y sus éxitos y fracasos.
¡Feliz
lectura!
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