El caballo ciego de Kay Boyle
Hi
#Elcaballociego
#KayBoyle
Traducción #MagdalenaPalmer
Edita #MuñecaInfinita
Sinopsis
Esta extraordinaria novela corta
retrata a una familia en 1938. A una joven, casi en el momento de
convertirse en adulta, le regalan un caballo castrado y
repentinamente ciego. La madre está decidida a sacrificarlo; su hija, a
salvarlo. El caballo es el significante central en una lucha triangular y
casi freudiana entre un padre, artista fracasado y alcohólico, una madre
castradora y pragmática, y una hija que busca su independencia, pero no
puede permitírsela.
Una ficción de la familia como campo de batalla, en la que todas las
conversaciones transcurren en un campo de minas. Una brillante combinación
de observaciones agudas, tensión in crescendo y conciencia moral: sencilla
en la superficie y compleja en el fondo.
La autora, que rehuyó ser adscrita a la Generación Perdida, es una de las
escritoras subestimadas del siglo XX, comparable sin embargo por su
elaborada prosa a Virginia Woolf, James Joyce y William Faulkner.
Impresiones
«Ay, lo de tu padre ha sido
desolador»
Pobre señora Lombe, casada con un
canadiense que no entiende de caballos, ni de ovejas, ni de pastos y mucho
menos de tierras, él que deseaba ser pintor, se quedo relegado a marido de la
dueña de… Mucho se lamenta esta mujer de los errores de su marido, de que
cuando empina el codo, saquea la saca y crea un nuevo agujero en su cuenta
corriente, pero ¿por qué lo permite? Si pensamos un poco y miramos a la señora
Lombe, ¿qué hace? Se queja, es negativa, ¿conseguiría tener una caballeriza
mejor si ella se encargará? ¿Por qué no lo hace? ¿A quién culparía del fracaso?
Y en medio de todo esto está Nan, Nancy, que busca su libertad, lejos de su madre,
quiere pintar, quiere amar, quiere ser libre.
«… esta vez eres mi caballo como
forma de protesta, mi caballo como desafío; no uno de raza y nervio, eléctrico
del cuello a la grupa, sino mi monstruo de patas huesudas al que cuidar y
murmurar a solas en defensa de los errores de mi padre, la encarnación de la identidad
y la revuelta y el amor a la que asirse…»
Y esta frase, para mí, es la clave
de la novela, la que define porque Kay Boyle escribió esta obra, el pulso de
una hija hacia su madre, que destruyó la individualidad de un hombre. Su hija
es consciente que el discurso que tiene su madre sobre su padre, no concuerda
con la realidad, es una mujer fuerte, controladora…
Una novela que habla de la compleja
dinámica de las familias, cuando la familia es un campo de batalla en busca de
la identidad y la libertad. La señora Lombe, un personaje tan común en cientos
de familias, se lamenta de los errores del marido, pero permite su autodestrucción,
¿por qué? Su queja, esa negatividad que se calza, evita la responsabilidad,
perpetuando la codependencia de la pareja. Y en medio de este ambiente tóxico,
surge Nan, y aquí el caballo ciego adquiere una relevancia indiscutible, el
caballo como protesta y enfrentamiento a su madre, como apoyo a su padre,
simboliza su lucha por la independencia. Nan es consciente de la manipulación
de su madre, una mujer que ha mermado a su padre hasta convertirlo en un alcohólico
y en un artista frustrado que no reconoce su talento. Una obra de apariencia
sencilla, pero donde hay que arañar la superficie porque esta cargada de
observaciones muy agudas sobre las relaciones familiares más complejas y la manipulación
más sutil.
¡Feliz lectura!
Autora
KAY BOYLE (1902 - 1992)
Fue una novelista, cuentista, educadora y activista política estadounidense
que vivió muchos años en Europa. Al regresar a su país, fue víctima del
macartismo y perdió su corresponsalía para The New Yorker. En 1963, Boyle
se convirtió en profesora de Escritura Creativa en la Universidad Estatal
de San Francisco; por su defensa de los derechos civiles, fue detenida dos
veces y encarcelada.
Miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras, recibió dos
premios O. Henry, dos becas Guggenheim y la del Fondo Nacional de las
Artes. Publicó más de cuarenta libros, entre ellos catorce novelas, ocho
volúmenes de poesía, once colecciones
de relatos, tres libros infantiles y varias traducciones. Murió en una
comunidad de jubilados de California en 1992.
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