La señorita Pym dispone de Josephine Tey
Hi
#LaseñoritaPymdispone
#JosephineTey
Traducción #PabloGonzalezNuevo
Edita #HojadeLata
Sinopsis
Tras convertirse de la noche a la
mañana en escritora de éxito gracias a su libro de psicología popular, la
menuda e insegura señorita Pym es invitada a dar una conferencia en Leys, la
prestigiosa escuela de educación física para jovencitas situada en plena
campiña inglesa. A primera vista, y a pesar del extenuante ritmo de estudios,
todo allí resulta ideal: la segunda guerra mundial acaba de terminar, el aire
de los jardines es vivificante, las jóvenes alumnas no pueden ser más
inteligentes y amables y el variopinto profesorado resulta sugerente y cabal.
Pero, bajo la atenta y analítica mirada de la señorita Pym, esa imagen de
apacible rutina irá poco a poco desmontándose a partir de pequeños y
enigmáticos incidentes que harán aflorar el lado menos amable del internado.
Un apasionante puzle de piezas
desencajadas y giros inesperados que poco a poco irán dibujando un sorprendente
desenlace.
Impresiones
No conocía a la autora, vi una
publicación de la editorial, no conocía a la autora. Descargué una de sus obras
de la biblioteca pública online. Varias lectoras me advirtieron: «No empieces
por esta». Pero ya era tarde. No fue lo que esperaba. Y aun así… algo me
atrapó.
La historia se
sitúa en un internado femenino donde todo es orden, rigor físico, represión
emocional y hambre, de comida, pero también de afecto, de libertad, de
pensamiento propio. Se escondían los libros de Gray para poder leerlos en
secreto, lo que hizo pensar a más de uno que estaban embarazadas, el humor de
la autora es considerable, sin descartar que tiene un estilo narrativo muy
seductor. «Llego a extenderse el rumor de que la mitad de las alumnas de
Leys estaban embarazadas, aunque finalmente resultó que todo se debió a la
extraña silueta de las chicas paseándose con ese librazo bajo la ropa de los
domingos».
Me llamó la atención como por la fisonomía del
rostro saca conclusiones psicológicas, «… mientras los individuos de nariz
más corta se marchaban enseguida». Hace décadas se estudios si los rasgos
físicos podían arrojar rasgos psicológicos, pero se descartó o se miró con
mucha cautela, no podemos asegurar que una persona con ojos grandes sea más
sensible que aquella que tiene los ojos rasgados, no hay una relación
determinante. Pero es evidente que a la autora le interesa y mucho «La historia
estaba escrita con rostros como el de Mary Innes».
Pasan más hambre que un maestro de escuela, su único
delito, aparte de leer a escondidas, es el pillaje alimenticio. «… cuando un
ser humano trabaja día tras día tan intensamente como estas chicas, no conserva
ni interés ni la energía necesaria para cometer fechorías», a la par que leía
esta novela, leía el testimonio de Simone Veil, Solo la esperanza calma el
dolor, en un momento de la entrevista confiesa que nunca entendió por qué
quitaban las piedras de aquel campo, por qué trabajaban tan duro en una tierra
que no se usó, están agotadas y hambrientas, sin fuerza, no hay espacio para
ninguna rebeldía. Cuando una persona está sometida a un nivel de trabajo extremo y continuo,
el agotamiento físico y mental anula la capacidad de rebelión o desvío.
No es que no exista el deseo, sino que no hay recursos para sostenerlo. Ahí
lo dejo.
«Se trata de estudiantes a las
que jamás se les ocurriría coger dinero u objetos ajenos y sin embargo
no son capaces de resistirse a la tentación de robar un pedazo de pastel. Las pobres
sufren tal desgaste que sus cuerpos gritan desesperados pidiendo azúcar»
Así como a nivel perfil no tuve interés en ningún
personaje, sí que me interesó, el juego que se trae la autora en este colegio
de chicas, aquí hay una disociación entre el control moral, ética aprendida y
normas sociales, y el impulso más básico, hambre, nuevamente me acordé del
Holocausto, el exceso de represión.
Es una lectura que no me
convenció del todo, estoy empezando a pensar que he leído en los últimos días
mucho en digital, y no me gusta, prefiero el papel, y ese malestar lo lleve a
la lectura. Daré una oportunidad a la autora, a nivel personaje no me encajo, a
nivel intención, ese instituto tan estricto, tan castrante…, sí, ¿qué quiere
decirme la autora?
En resumen,
para las redes. Aunque no me sedujo completamente, hay algo valioso en este
libro. Tal vez no era el momento. Tal vez el formato digital me alejó. Me gusta
leer en papel; lo noto cuando no ocurre. Y, sin embargo, el malestar que me
generó esta lectura también dice algo del entorno que retrata. No siempre hay
que conectar emocionalmente con un personaje para que una lectura sea
significativa. Me encajó la psicología humana, el control, la represión y la relación
del bien y del mal en un internado femeninos en principio idílico. Me gusta su capacidad
psicológica.
No será mi
última novela de Tey. Quiero leerla con otros ojos, en otra historia.
Mientras tanto, esta lectura me deja una pregunta abierta:
¿Qué ocurre cuando el deseo ya no tiene fuerzas ni para desear?
¡Feliz lectura!
Autora
Josephine Tey (Inverness,
1896-Londres, 1952), es el seudónimo principal de Elizabeth Mackintosh, célebre
escritora y dramaturga escocesa. Pese a pertenecer cronológicamente a la
llamada Edad de Oro de las novelas británicas de intriga, las narraciones y los
personajes de Tey se alejan de los estereotipos que comparten los títulos
clásicos de suspense.
En 1929, su novela El
hombre en la cola (Hoja de Lata, 2022) cosechó un éxito notable e
introdujo a su personaje más famoso, el inspector Alan Grant, de Scotland Yard,
que protagonizaría otras cinco novelas, entre las cuales cabe destacar Un chelín para velas (1936;
HdL, 2019), Amar y ser sabio (1950;
HdL, 2021) y por supuesto La
hija del tiempo (1951; HdL, 2020), considerada en
1990 la Mejor Novela de Misterio de todos los tiempos por la Asociación de
Escritores del Crimen del Reino Unido.
Al margen de la serie de Alan Grant, otras de sus obras más celebradas
son La
señorita Pym dispone (1946; HdL, 2015), El caso de Betty
Kane (1948; HdL, 2017) y Patrick ha vuelto (1949; HdL,
2018).Todas ellas ponen de manifiesto la gran capacidad de análisis psicológico
de la autora y su propensión por las tramas abiertas de final sorprendente.
A su muerte, Josephine Tey legó toda su obra a la National Trust for
Scotland.
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