Canto yo y la montaña baila de Irene Solà

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Edita #Anagrama

 

Sinopsis

Primero llegan la tormenta y el rayo y la muerte de Domènec, el campesino poeta. Luego, Dolceta, que no puede parar de reír mientras cuenta las historias de las cuatro mujeres a las que colgaron por brujas. Sió, que tiene que criar sola a Mia e Hilari ahí arriba en Matavaques. Y las trompetas de los muertos, que, con su sombrero negro y apetitoso, anuncian la inmutabilidad del ciclo de la vida.

Canto yo y la montaña baila es una novela en la que toman la palabra mujeres y hombres, fantasmas y mujeres de agua, nubes y setas, perros y corzos que habitan entre Camprodon y Prats de Molló, en los Pirineos. Una zona de alta montaña y de frontera que, más allá de la leyenda, conserva la memoria de siglos de lucha por la supervivencia, de persecuciones guiadas por la ignorancia y el fanatismo, de guerras fratricidas, pero que encarna también una belleza a la que no le hacen falta muchos adjetivos. Un terreno fértil para liberar la imaginación y el pensamiento, las ganas de hablar y de contar historias. Un lugar, quizás, para empezar de nuevo y encontrar cierta redención.

 




Impresiones


«… al pensar que mi marido no era el ángel que yo corono...»

¿Siò llora por la pérdida del marido o por lo que este significaba en su vida idealizada? He disfrutado la lectura, pero no puedo añadir mucho más, me ha gustado su estilo, su forma de estructurar la novela, me ha sorprendido. Cuando me recomendaron esta novela me dijeron, hay estrés postraumático, duelo, soledad, maltrato… Cierto que el marido muere de esa manera tan peculiar, cierto, pero a lo largo de la novela me falta sentimiento, es de una frialdad pasmosa. Lo bueno es que no de todo tengo que opinar.

Riqueza temática y distancia emocional. Hay una frialdad “aparente”, entrecomillo porque muchos lectores no han sentido lo mismo en mi grupo de lectura, una prosa lírica bella, sin ninguna duda. Da voz a humanos y no humanos, montañas, setas, nubes, corzos…, da una visión de la historia tan diferente, que me gustó y sorprendió, pero es despersonalizada, la emoción humana se pierde, se aleja. La muerte de Domènec es el mejor ejemplo, le corta en dos un rayo, ¿y? Un fenómeno físico, no emocional. Somos motas de polvo en la vida de la montaña, nuestros sufrimientos son muchos y nuestro padecer dejará una huella imborrable en su ladera, pero no es así, nosotros desapareceremos y la montaña seguirá inmutable…   

¡Feliz lectura!

 


Autora

Irene Solà (Malla, 1990) es autora de Canto yo y la montaña baila (premio Llibres Anagrama de novela), publicada por Anagrama en catalán y en castellano y traducida al inglés, el francés, el alemán y el italiano, entre más de una treintena de lenguas, y galardonada con el European Union Prize for Literature, el Nota Bene Prize, el Premio Cálamo Otra Mirada, el premio Maria Àngels Anglada de Narrativa y el premio Punt de Llibre de Núvol: «Hay tanta belleza en esta maravillosa novela polifónica que cada página hace que te vuelvas a enamorar de la naturaleza, de la imaginación, de las palabras, de la vida. Atemporal y única» (Mariana Enriquez); y de Te di ojos y miraste las tinieblas (Premio Finestres de Narrativa en Catalán 2023 y Premio Lletra d'Or 2024): «Irene Solà ha sabido convertir una mezcla folclórica de leyendas, noticias, rumores, consejos, sabidurías, supersticiones, burlas, veras e historias ejemplares en una bellísima, esplendorosa y concluyente novela del y para el siglo XXI» (Juan Marqués, El Mundo). Su poemario Bestia(premio de poesía Amadeu Oller) ha sido publicado en edición bilingüe castellanocatalán por La Bella Varsovia, y se ha traducido al inglés y al italiano. Su primera novela, Los diques, ganó el premio Documenta 2017, y fue publicada por Anagrama en castellano: «Hay un montón de buenas razones para disfrutar con estas páginas en parte desbordadas y en parte serenas, dispersas a conciencia, luminosas, maduras» (Nadal Suau, El Cultural).

 

 

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