El tres de los huérfanos de Christina Baker Kline

 

Sinopsis

 

Una novela cautivadora inspirada en hechos históricos que nos habla de pérdidas, de segundas oportunidades y de amistad inesperada que ha deslumbrado a más de un millón y medio de lectores en Estados Unidos.

 

Entre 1854 y 1929, los llamados trenes de huérfanos partieron regularmente de las ciudades de la Costa Este de Estados Unidos hacia las tierras de labranza del Medio Oeste, llevando miles de niños abandonados cuyos destinos quedarían determinados por la fortuna o el azar. ¿Serían adoptados por una familia amable y afectuosa, o se enfrentarían a una adolescencia de trabajo duro y servidumbre?

 

La inmigrante irlandesa Vivian Daly fue uno de esos niños, enviada por ferrocarril desde Nueva York hacia un futuro incierto a un mundo de distancia. Ahora, muchas décadas más tarde, Vivian es una anciana que lleva una vida tranquila y apacible en la costa de Maine, y los acontecimientos de su infancia se han convertido en un recuerdo vago. Sin embargo, en arcones de su desván se ocultan vestigios de un pasado turbulento. Molly Ayer, una joven de diecisiete años, sabe que cumplir con un servicio a la comunidad ayudando a una anciana viuda a ordenar sus trastos es lo único que puede salvarla de terminar en un centro de menores. Pero a medida que Molly ayuda a Vivian a revisar sus recuerdos y posesiones, descubre que ambas tienen mucho en común. Molly, una india Penobscot que ha pasado su adolescencia entrando y saliendo de casas de acogida, también ha sido educada por desconocidos y tiene preguntas sobre su pasado de las que aún no ha obtenido respuesta.

 

El tren de los huérfanos es una novela sobresaliente que, gracias al boca a boca y las recomendaciones de los libreros, se convirtió en best seller en Estados Unidos y todavía se mantiene entre los libros más vendidos.

 

Opinión

 

470 reseñas que la describen como una novela cautivadora y difícil de olvidar, y estuve de acuerdo con tal afirmación hasta casi el final de la obra, cuando uno de los personajes hizo algo incomprensible, pero ya hablaremos de eso.

 

Las dos líneas argumentales se sustentan y equilibran, para mí, en gustos, me interesó más la vida de Niamh Power, por la historia real que hay detrás, ese tren de huérfanos, pero reconozco que la coraza de Molly, dura y rara, bajo la apariencia gótica, me enganchó. Son dos historias sencillas, pero difíciles de digerir. 

                Niamh, Dutchy y todos esos niños que viajan en el tren, son mercancía, mano de obra barata, privados de educación, compasión y cariño, interminables horas de trabajo por un plato de comida y un jergón donde dormir. A nadie importa su dolor, ya no tiene padres ni hermanos, se han quedado sin hogar, la palabra soledad toma un tono aterrador.  

                Lo único que les quedaba a esos niños, un nombre y apellido, una identidad, unas raíces, pero hasta eso se lo arrebatan. Niamh será Dorothy y después Vivian. Falta de arraigo, sentimiento de pertenencia e inestabilidad emocional. Dejar atrás todo lo que hasta ese momento había significado las palabras: familia, hogar, protección. Crear relaciones horizontales sin raíces, los famosos cimientos desaparecen, como poco CRUEL.

 

Es una realidad dura escrita de forma clara, cuidada y cercana, un ritmo narrativo ágil, descripciones breves y concisas, que atacan a nuestras emociones y sentimientos en todo momento.

                 Entonces, a mitad de la obra, Vivian revela su gran secreto, abandonó a su hija al nacer. Y sufrí un parón emocional. Hasta ese momento esa anciana de noventa y un años solo me generaba cariño y compasión a partes iguales, ahora el mayor de los rechazos. Incomprensible. ¿Qué padre desea el mismo calvario a su hijo?

                  Niamh pasó hambre, frío, trabajó durante horas como costurera, privándola de la tan ansiada educación, por poco la violan y casi muere congelada. Así que, incoherente, hasta ese momento me expone una Vivian de noventa y un año comprensible con una muchacha llamada Molly, que es como ella, una huérfana en una casa de acogida donde la tiene por el dinero que da el Gobierno para su cuidado. Me narra su vida, su preocupación por la existencia de un niño Camine, por el destino de Dutchy. Pero ella entrega a su propia hija en adopción, reconoce que no era necesario, hubiese tenido ayuda para su crianza, disponía de posición y seguridad económica. ¡Puf!

 

Pero, a pesar de ese desacierto en el perfil de la protagonista, bajo mi punto de vista, se narran hechos reales que ensombrecen la naturaleza del ser humano. La escritora no dramatiza las escenas, se limita a relatar los hechos.

            «El niño seleccionado será suyo gratis, durante un periodo de prueba de noventa días. Al termino, si así lo deciden, podrán devolverlo».

 El tren de los huerfanos