El colibrí de Sandro Veronesi

Sinopsis
Una bellísima novela sobre el
amor, la superación y el optimismo. Una lección de literatura y de vida
merecedora del Premio Strega.
El colibrí es un pájaro menudo
que tiene la capacidad de mantenerse en suspensión en el aire. A Marco Carrera,
oftalmólogo que ejerce en Roma, de niño su madre lo llamaba colibrí por su
escasa estatura. El problema de crecimiento se solucionó con inyecciones de
hormonas, pero Marco ha continuado siendo un colibrí por su habilidad para
seguir en el aire a pesar de las adversidades.
Un día lo visita en su consulta
el psicoanalista de su mujer y, saltándose el secreto profesional, le advierte
de que esta ha descubierto que sigue carteándose con un amor de juventud. No
será el único conflicto al que tendrá que enfrentarse Marco: deberá cuidar de
sus padres enfermos –él ingeniero, ella arquitecta–, que durante su infancia
escenificaron una familia feliz que no lo era tanto; deberá tratar de
reconciliarse con su hermano, que ahora vive en Estados Unidos, porque sobre
ellos planea la sombra del final trágico de la hermana muchos años atrás, y
también deberá hacerse cargo de su nieta cuando su hija, madre soltera, deje de
poder hacerlo...
Toda una serie de infortunios y
golpes del destino que Marco siempre sabrá cómo afrontar sin perder el ánimo...
Esta es una novela sobre la vida y sus altibajos, sobre la resiliencia, la
empatía y el amor. Siguiendo la capacidad ya demostrada en Caos calmo y Profecía para
abordar el dolor y su superación, Sandro Veronesi nos ofrece una lección de
literatura y de vitalismo. El resultado es una emocionante novela sobre la
necesidad de mirar hacia el futuro con esperanza y vivir con intensidad hasta
el final, sobre la importancia de mantenerse en alto como el colibrí.
Opinión
Tras terminar la novela, la palabra que se me quedó en la mente y en los labios es, RESILIENCIA. Si alguien no sabe lo que significa o el alcance que tiene, esta es su historia. Marco muestra a lo largo de doscientas veintiocho páginas la capacidad que tiene el ser humano para resistir y afrontar situaciones traumáticas y regresar a la normalidad. Pero Sandro Veronesi, que no da puntada sin hilo, también nos deja otros personajes dignos de análisis, el hermano, Giacomo, que huye para no enfrentarse a la perdida, la mujer, Marina, que vive de duelo en duelo, dejándose llevar, complaciendo a otros, (el autor escribe de ella, "Las manos ociosas son el juguete del diablo", cuando se da cuenta de los años malgastado, de los sacrificios innecesarios, la frustración se vuelve odio) y Luisa, su eterno amor, otro personaje que en lugar de enfrentarse a su existencia, la maquilla.
En el caso de nuestro protagonista, esta capacidad no le vino de la
mano de sus padres, la desarrolla él mismo:
«La infelicidad existe, aunque la elijamos, y si a partir de
cierto momento, es lo único que un matrimonio produce, es lo que trasmitimos a
los hijos».
¿Qué
caracteriza a Marco Carrera? Enumeremos lo que vamos a aprender de él:
1/ Es consciente de sus
limitaciones y de sus potencialidades.
«No hubo un solo día de aquellos nueve años que
desperdiciara, ni un solo euro, ni un solo sacrificio. En aquel bloque de
tiempo».
2/ Es creativo con su vida,
consciente de que nada será igual, con los pedazos forja una nueva existencia.
«Había aprendido que lo imprevisto hay que aceptarlo».
3/ Confía en sí mismo, pero sabe
cuándo debe pedir ayuda. No confía en los psicoanalistas, y con razón, pero no
duda en acudir a Dr. Daniel Carradori cuando muere Adele.
4/ Asume cada dificultad como una
oportunidad para aprender. La mejor prueba la tenemos cuando su hija le dice
que va a ser madre sin compañero, que le quiere a él a su lado, el mejor padre,
será un increíble abuelo.
5/ Y si algo caracterizan a este
tipo de personajes es que son conscientes de su realidad, de estar plenamente
presentes, el aquí y el ahora. Para Marco el pasado forma parte del ayer, la
única culpabilidad que siente es con su hermano, y no entiende la razón del
distanciamiento, pero intenta siempre el acercamiento. Tampoco existe el futuro,
puede hacer planes con Luisa, tejiendo una vida en común, pero es una realidad
idealizada, ficticia, más por ella que por él, ella no es real, es una ilusión
creada a través de las cartas y visitas esporádicas, Luisa dice:
«¿No sabes que en eso consiste nuestro amor: en que yo nunca
esté donde tú estás y tú nunca estés donde estoy yo?».
Por eso cuando coinciden en el
entierro de la madre, se da cuenta que es una extraña, no es la mujer que
reflejan las cartas.
6/ Es una persona optimista. Se esfuerza
por centrarse en los aspectos positivos y disfruta de los retos. He ahí la
escena de la partida de cartas cuando se reencuentra con el Innombrable. No
creo que haya mejor ejemplo.
7/ Se rodean de personas con una
actitud positiva. ¿Con quién? Con su hija y su nieta. El resto de los
personajes son seres oscuros y falsos.
Y para no extenderme
mucho más, descubriremos que Marco, saca fuerzas de flaquezas, buscará el lado
cómico de la vida, es flexible ante los cambios y se adapta sin frustración ni
rabia.
Pero
estas personas rara vez son comprendidas por otros, los ven diferentes ante el
lado amargo y las adversidades, y en lugar de aprender de ellos los critican
con dureza.
«Marco Carrera
pasa la infancia sin darse cuenta de nada y solo por eso su infancia fue
feliz». Pero esto no es cierto, eso es lo que ven desde fuera, porque no se paran
a entender cómo piensa y siente Marco, y aquellos que dicen esto de él, que están
tan pendientes de la realidad, son los que están ajenos a la vida familiar, sin
embargo, Marco se da cuenta de todo, de su baja estatura, de la falta de amor
de sus padres, incluso del sufrimiento de su hermana y evita la tragedia sin
hablar, solo estando ahí.
Y me quedo con
dos de muchas ideas:
«La aversión era el mecanismo que
había adoptado para defender el olvido».
Pero, sobre todo, esta:
«Los deseos y los placeres nos
ayudan a sobrevivir, pero los censuramos cuando atravesamos el duelo, cuando es
precisamente lo que puede salvarnos. No resuelve nuestros problemas, pero no los
agravan y de momento nuestro cuerpo se libra de la dictadura del dolor, que
quiere mortificarnos».
De esta novela me quedo con el personaje principal, su lección de vida, su pensamiento y la reflexión que hace de cada pequeña pincelada. Pero es cierto, que no me gustaron muchas cartas, ni los correos al hermano, ni algunos pasajes que me sacaban de la novela, pedazos de su cotidianidad que para mí no aportaban. Me gusta la novela, pero considero, desde mi humilde opinión que hay que arañar mucho para entender a Marco y su entorno, o quizá no, y yo compliqué mucho la lectura, que todo puede ser.
Siempre desnudas los libros de una manera única Gemma. Marcos me recuerda mucho mi infancia. Además tus entrelineas me hacen ver detalles y reflexionar, pero también me sacan lágrimas... Porque todo hay que decirlo
ResponderEliminarGracias Mercedes. La vida nos pone a prueba de diferentes maneras, solventarlas, a veces, requiere de reinventarse una y otra vez, y esto no es nada fácil, nada.
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