El pozo de Berna González
Un thriller periodístico
y una apasionada crítica al sensacionalismo mediático narrados con una
franqueza sobrecogedora.
Por la autora ganadora del Premio Dashiell Hammett 2020.
«Pozo. Dícese del lugar en el que
puede precipitarse y morir una niña. El periodismo. Y la decencia de todos.»
Greta Cadaqués, una reportera de
televisión, es enviada a cubrir el caso de una niña que ha caído en un pozo a
las afueras de Madrid. Mientras no deja de pensar en un juicio al que tiene que
asistir como jurado popular, su cámara, Juan Quatremer, y su jefe, un hombre
ávido de audiencia, la apremian a sacar a la luz todos los detalles del caso
del que el país entero está pendiente. Aunque pronto descubrirá que las
intenciones de ambos hombres son muy distintas: Juan pretende cubrir el suceso
de la forma más rigurosa posible, pero su jefe la coaccionará para que consiga
las exclusivas más impactantes, aunque eso signifique difundir noticias falsas.
Greta deberá enfrentarse a una encrucijada personal y profesional que la
llevará a cuestionarse el papel de los medios de comunicación y los límites
éticos de su trabajo.
Un thriller que
reflexiona sobre el mundo del periodismo y critica ferozmente el sensacionalismo
mediático a partir de la recreación ficcionada de un caso que monopolizó la
atención mediática española.
La verdad puede ser muy relativa
en función de quién la cuente y lo que quiera conseguir con ella.
Opinión
Dice, una apasionada crítica al
sensacionalismo mediático, ¿también a los escritores que tratan sobre esto?
Cuando terminé
de leer esta novela me recordó a esos cafés que te tomas con amigas donde una
de ellas crítica la actitud de otra que no está, va diciendo a mis espaldas…, y empieza a relatar. Pues a eso voy.
Es un thriller
que reflexiona sobre el mundo periodístico y critica ferozmente el
sensacionalismo mediático. «Habéis convertido el dolor en un show. Eso no es
periodismo». Y para mí esta es la afirmación que se acerca a mi pensamiento,
¿dónde queda la verdad? Pero es evidente, que Greta, protagonista indiscutible, se
defiende, «Al menos servimos para la concienciación social. Para que aumenten
los medios de rescate, para que los gobiernos se movilicen». ¿Esto es cierto?
Miremos la actualidad, por desgracia tenemos un ejemplo que hoy está en todas
las redes, en la boca de cientos de políticos, en las cadenas y tiradas de muchos
periódicos. Aparece el cadáver de Olivia, muy lejos de Tenerife, o no tanto, el
mismo día, el cuerpo sin vida de Yaiza, 4 añitos, es descubierto por su abuela.
Su madre la mató para vengarse de su padre, la misma historia diferente progenitor,
¿por qué no tiene Yaiza su minuto de silencio? ¿Por qué este silencio mediático?
¿Somos manipulados? Y ¿por qué, para qué o por quién?
Fue un caso conmovedor,
que se siguió con interés, que se esperaba un desenlace feliz, aunque el pronóstico
real fuera el que fue. Y creo que este es un poco el estilo de argumento que
busca Berna González, novelas que se basen en hechos que dejan al espectador perplejo,
y ella menciona dentro de su obra, los niños que dentro y fuera de España han
muerto delante de nuestros ojos. Y quizá tenga razón y escribir sobre esto nos
ayude a comprender, sacar conclusiones y reflexionar sobre lo que nos gusta
ver, leer y a lo que damos voz y a lo que silenciamos.
Me ha gustado
el estilo de Berna González, sencillo y directo, hay fragmentos que me resultaron pesados y repetitivos,
su lectura es fluida, no te das cuenta y van cayendo las páginas. Frases breves
y diálogos ágiles. Se ajusta al rigor de la novela negra que siempre pretende
ser realista, con un lenguaje propio, popular, soez, muy de la calle. La
paridad de los personajes, Greta y Quatremer, no son buenos puros o malos malísimos,
sino que hay una línea difusa donde se van moviendo dependiendo del momento. El
director del periódico, es el personaje decadente con una moral laxa, dudosa y
así, uno a uno, van pasando por la palestra de los personajes cliché de la
novela negra.
Y el final se explica de una forma racional, no hay descripciones ni análisis
psicológicos, pero los tienes, ves el lugar del pozo y la mansión, ves la
personalidad de Sergio y la de los padres de Estrella, lo ves en su amplitud,
de eso se encarga Greta, de que nada se le escape al lector y no deje de pensar
en aquel pozo y aquel niño, que fue «flor de un día».
Comentarios
Publicar un comentario