Las amantes boreales de Irene Gracia
Título
Autor
Editorial Siruela
Sinopsis
Las amantes boreales es la
historia de la amistad profunda y abismal de Roxana y Fedora, dos jóvenes de la
alta burguesía de San Petersburgo, durante el periodo más convulso y definitivo
de la Rusia de la Revolución de Octubre. Tras ser expulsadas de la Escuela
Imperial de Danza, ambas ingresan en Palastnovo, un internado con doble fondo y
doble moral, situado en una remota isla del lago Ladoga.
Sus voces, a la manera de un concierto contrapunteado, irán llegando hasta el
lector como una serie de relatos que se oponen y se complementan, y cuya
tensión lírica y existencial acaba convirtiendo el texto en una sutil
indagación sobre las fronteras difusas del amor, la intimidad, el aprendizaje y
las trampas que a menudo se ocultan tras aquello que hemos dado en llamar
destino.
Opinión
«¿Eso significa que te fascinan las personas que te provocan
miedo?».
A los dieciséis
años, ¿nos fascina el miedo o el misterio?
Como a la escritora, me fascina
el drama, la cultura y la historia rusa. Y con esto ya me interesó la novela, que,
aunque no profundiza en exceso, da pinceladas sobre aquellos años convulsos,
pero también el segundo hilo que teje con maestría, el ballet y su importancia
entre la nobleza. Año 1917, derrocamiento del régimen zarista, el ballet ruso, el
arte imperial que sobrevivió a la revolución bolchevique. Es una lectura
interesante, la danza, el despertar sexual, la pasión social rusa, los
manicomios y sus horrores, el abuso de poder, muchos ingredientes para esta
novela gótica.
La
ambientación es un elemento esencial dentro de la historia, no vale cualquier
escenario son los importantes dentro del suspense, nos movemos en cuevas,
mazmorras, cárceles y celdas, granjas abandonadas, palacios oscuros y
polvorientos. La atmosfera acongoja por la ausencia de luz y el exceso de humedad,
lugares inhóspitos para el ser humano, pero no para las bestias como el minotauro
o el hombre sombra que no es un hombre, es un demonio o una bestia de maldad. El
lector lo palpa, la escritora le coloca ojos en la nuca.
Nos
movemos entre el mundo de los sueños, con el diario de Fedora, el onírico, el
hombre sombra y los corredores de espejos, y la realidad de un futuro incierto
en una Rusia que remueve sus cimientos, donde los obreros y los soldados se
cansas de luchar para mantener la vida opulenta de la nobleza, a cambio de un mendrugo
de pan duro. Sueños y pesadillas, lo real y lo irreal se entremezclan a lo
largo de la obra confundiendo al lector.
El
amor como rasgo imprescindible, el amor en toda su amplitud. Y el desamor y la
traición equilibra la balanza. Luces y sombras.
«Los
que se acostumbran al horro ya no quieren otra cosa».
El
héroe valeroso de toda novela gótica, por ejemplo, Iván, hermano de Vasilisa,
aparece fortalecido, las libera del tormento de esos manicomios de los horrores.
La trama, que goza de elementos
interesantes, a veces, me resulta confusa y me pierde, porque necesito entender
que quiere contarme para seguir la historia. Pienso que va a detallar más sobre
esos momentos de la Historia, pero no profundiza como esperaba, habla de lo que
se esconde en bambalinas en esa Escuela Imperial de Ballet en San Petersburgo o
en ese internado del duque Novo, Palastnovo, pero me deja con ganas de más.
En el año
2013, no recuerdo el nombre de la bailarina, describió los horrores del ballet Bolsoi,
lo describió como un descomunal burdel, la prostitución y los espectáculos
eróticos eran conocidos por todos, declaró. Podemos decir que el tiempo ha
pasado, hemos cambiado la vida política, social y económica, pero los vicios se
mantienen.
El final, da
respuestas psicológicas a una vida de abusos y una historia de incesto, daños
irreparables que no otorgan el perdón. También nos habla de prejuicios preconcebidos
y sus consecuencias, Bundy.
Es la primera novela que leo de
esta escritora, entiendo que huye de lo convencional para moverse por lo
impreciso, pero necesito entender, no me gusta quedarme con esta ligera sensación
de vacío, me gusta ese eco que me deja su historia, por eso tomaré en mis manos
otra de sus novelas.
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