La víspera de casi todo de Víctor del Árbol
Título La víspera de casi
todo
Autor Víctor del Árbol
Editorial Destino
Sinopsis
Germinal Ibarra es un policía
desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace
tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La
Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso
del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca
quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber
conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el
hospital con contusiones que muestran una gran violencia.
Una misteriosa mujer llamada
Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres
meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala
como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba
acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que
alivia su soledad.
El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos
barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.
Opinión
"La alegría era siempre momentánea, fugaz y
fragmentaria, mientras que el dolor era fiable y seguro. Mejor la certeza de
saber que la congoja de esperar".
Me enganchan estas novelas que ahondan
en emociones y sentimientos, porque digan lo que digan, el ser humano es más
emoción y sentimiento que racional. Parece que hablar de las emociones
negativas tiene mala prensa entre la novela, los personajes grises no atrapan
tanto, a mí me hechizan como a la polilla la llama de la vela.
«Su padre, que murió atrapado en su propia guerra, sin
saber huir de su pasado».
Los personajes están enredados
en un círculo del que no pueden salir. Una y otra vez rememoran lo sucedido, anclándoles
en el pasado, limitándoles el presente y aniquilando el futuro. Reviviendo el
dolor y el sufrimiento convirtiendo sus vidas en pequeños infiernos.
Como
siempre en estas novelas, que cuentan con su misterio, me atrapa la evolución
psicológica de los personajes. Daniel, el que más, presentado gradualmente a lo
lardo de la novela, esas breves pinceladas que pasan por algo y luego al recapacitar te das cuenta de la maestría con las que fueron escritas, me fascina la evolución que lleva
tan visible, si te fijas, y tan sorprendente si se te escapa. Mauricio, Germinal,
Dolores, Martina esa gran espartana, Paola, el hombrecillo, Amanda, no hay ninguno que esté escrito
a desgana que sea de relleno. Una trama que viaja constantemente en el tiempo
como los recuerdos de las personas. El autor no deja ni un cabo suelto, hilvana
hasta el último detalle de varias vidas que se entrelazan en Punta Caliente.
«A ciertas personas les aterra tanto el caos exterior que
se empeñan en dotar su intima realidad de una falsa sensación de control».
Quizá no sea objetiva, porque Víctor del Árbol me encanta, pero cuando dentro de una novela encuentro lo que busco, cuando las perspectivas no defraudan, no puedo por menos que decir, a por el siguiente de este fantástico escritor.
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