Adultos de Marie Aubert

 


 

Título Adultos

Autor Marie Aubert

Editorial Nordicalibros

 

 


Sinopsis

 

Adultos es una novela emocionante, divertida e inesperadamente devastadora, que se acerca a una familia moderna disfuncional.

 

Ida es arquitecta, no tiene hijos y está en su mejor momento, pero últimamente las señales de advertencia se han vuelto cada vez más evidentes como para ignorarlas. Ha llegado a plantearse la posibilidad de congelar sus óvulos para su uso posterior, en caso de que conozca al hombre adecuado. Ahora es verano, e Ida va en un autobús rumbo al sur hacia la idílica cabaña familiar junto al mar, donde su madre celebrará su sesenta y cinco cumpleaños con su pequeña familia. Todo parece preparado para un fin de semana perfecto, pero luego Marthe, la hermana menor de Ida, da una maravillosa noticia.

 

Opinión


Una novela magnífica de sólo 160 páginas, no se necesita más para dejarte la cabeza pensando. Una novela de esas que dejan poso, de esas que das vuelta, de esas que recomiendas una y otra vez, de esas que leerás en grupo y mandarás audios. Una novela de personas corrientes, de problemas cotidianos que escucho a diario, una novela que cuenta conflictos mal resueltos.

 

Es de esas novelas que te dejan resaca literarita, que das vueltas a cientos de ideas y reflexiones, situaciones y decisiones que ves y reconoces de ti misma y de amigas.

                Podríamos hablar de tantos temas, porque, con sus cientos sesenta páginas justas, ni una más ni una menos, hay muchos temas que se tratan, situaciones que nos llevan a pensar lo importantes que son los acontecimientos de la infancia en nuestra vida adulta, los silencios mantenidos.

                El mito del reloj biológico, «de pronto comprendí que no me quedaba más remedio que hacerlo». Mujeres con carrera de éxito, pero sin hijos son etiquetadas con el síndrome del útero marchito, un síndrome inexistente, mujeres presionadas por no tener hijos que al final valoran su vida por las carencias y no los logros que le dieron felicidad. Pero la pregunta es ¿por qué Ida quiere hijos? ¿Realmente le gustan los niños? ¿O compite con su hermana por ciertas atenciones?

Hay una frase «daba la impresión de no necesitar a nadie», ¿verdaderamente a Ida le pesa no tener hijos o la soledad? ¿La maternidad solitaria es la solución para ella?

 

«La soledad es un círculo que no deja de crecer a no ser que aparezca un novio».

 

                Y vas entrando en la historia y vas cogiendo frases de aquí y de allá y te haces un cuadro de esta singular relación en triangulo, la madre y sus dos hijas, Ida y Marthe. La rivalidad de dos hermanas que compiten por el amor de una madre y el respeto de esta. Sí, la competición entre hermanos del mismo sexo es mayor, hay más intereses en común, como veremos. ¿Qué quiere Ida en realidad? ¿Fastidiar o lo que tiene Marthe?

 

«¿Esperan que me acueste con mis firmes principios y me aferre a mí misma al respeto que me tengo?».

 

                Y en este tipo de novelas cualquier detalle cuenta, no hay frases escritas al azar, todo se interpreta y da una visión amplia del conjunto. Ida nos dice: «tengo que dejar de salir con hombres que viven en pareja». ¿Miedo a comprometerse? ¿Quieren aquello que saben que no es suyo, cierto dominio? ¿O le gusta sufrir de alguna forma al saber que siempre será la otra? ¿No hay en la pregunta anterior cierta proyección infantil? Muchos expertos aseguran que la tendencia a salir con hombres que ya tienen pareja es un trauma infantil, abandono afectivo por parte de un progenitor o los dos. Se desarrolla inseguridad y una autoestima pobre. Y hay una escena narrada por Ida que nos señala la razón, ese discurso malogrado en el colegio.

                Podríamos seguir hablando del banco de óvulos, de decir la verdad sin mirar consecuencias, pero tengo otra frase.

 

«Yo hacia solo lo que me dejaban hacer».

 

                Qué frase tan insignificante fuera de contexto y cuanto nos dice de Ida. Vivir agradando. Todos hemos vivido saltándonos en nuestra infancia y adolescencia alguna regla impuesta por nuestros padres, Ida no. Cuando todo lo que haces es para agradar a alguien, te olvidas de quien es, te olvidas de vivir, de tomar decisiones para ti misma. Ida se olvidó de ser ella misma y se amoldó a los deseos de su madre para convertirse en la favorita, pero esto le acarreó algo con lo que es complicado lidiar, la frustración de vivir reprimida. Y al final te das cuenta que la decepción es tu compañera de viaje.

 

                Es de esos libros que recomiendo por la profundidad de sus personajes, de sus escenas, no hay ni una palabra que no sea intencionada, ni un gesto ni una escena. Muy recomendable su lectura.

 

 


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