Hijos de Gael de Rodrigo Costoya
Sinopsis
En la guerra de la razón contra el dogma, un niño
elegido, heredero último de la ancestral sabiduría gaélica, luchará por salvar
a la estirpe milenaria de las garras del invasor.
Ya solo el viento visita la
planicie solitaria. Las piedras milenarias, inmunes a sus embates, dormitan un
sueño perpetuo.
La memoria de la vieja Armórica
resiste a duras penas el paso de los siglos y solo unos pocos conservan la
sabiduría antigua de los hijos de Gael. El pueblo perdido que, diseminado en
torno a un mar común, arrastra más de mil años de exterminio inexorable.
Es el invierno de 1397. En las
profundidades más sombrías del bosque de Karnag llega al mundo Aydan, un niño
que supone la última esperanza para su pueblo. La herencia ancestral de las
naciones gaélicas escoltará su búsqueda, pues el futuro de la humanidad, aun
sin saberlo, está ligado a su destino. Pese a caminar lastrado por leyendas
antiguas, el pequeño nace atado a un extraño, sino que es, a la vez, bendición
y maleficio.
Extender luz sobre las tinieblas.
Cambiar el mundo para siempre. Los
menhires, testigos mudos de su historia, la guardarán hasta el alba en el eco
de la eternidad. Tal vez ellos puedan responder, algún día, a las preguntas que
ya nadie sabe formular.
¿Qué sucedió con el pueblo
perdido?
Opinión
Es una novela de aventuras llena de matices,
descripciones, gestos, acciones, es una escenografía escrita al detalle. Pero también
es una investigación concienzuda sobre la época, el lugar, las costumbres y sus leyendas, muy bien ambientada, junto, todo ello, con un estilo propio, algo que parece obvio, todo
escritor tiene su propio estilo, pero Rodrigo Costoya da un valor incalculable
a los personajes. Demuestra ser un escritor observador de sus congéneres.
Es
una lectura intensa, que relata un periodo de la historia de la región de
Bretaña, pero lo que más llama mi atención es el estilo del escritor, el mimo
con el que trata a sus personajes, que parece dotarlos de vida sobre el papel,
narrando cada acción, gesto y movimiento. Son presentados por el narrador con
tantos matices, con tan certeras descripciones, tanto físicas como gestuales,
que se hacen palpables en nuestra cabeza, luego lo acompaña todo con pensamientos,
reflexiones y breves diálogos que nos dotan de un perfil completo, exhaustivo y
trabajado. Cada personaje se desenvuelve dentro de la historia de una forma y
es una obra de 700 páginas con decenas de personajes, nada sencillo.
Ellos
son el núcleo de la historia, más que la propia trama, por lo menos para mí. Aydan,
el protagonista, es el héroe que todos esperan y que los lectores vemos madurar
con el paso de las páginas. Una empresa que le puede costar la vida, con no
pocas aventuras y desdichas, pero a pesar de su corta edad, muestra más firmeza
de espíritu que muchos de los adultos que le rodean, una vida destinada a
cumplir con su misión, una gran carga para hombros tan pequeños.
Una
lectura para esas tardes de invierno cerca de la chimenea que nos ambiente en la
húmeda y fría Bretaña.
Gracias
a Espasa y a Pepa, así como a mis compañeros por sus aportaciones en el
encuentro con el escritor.
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