La mentira de Marta Fernández
Hi
Sinopsis
«Si un engaño puede
materializarse, es porque siempre hay alguien dispuesto a creer». Es
la primera ley de la mentira, y los impostores que se pasean por este libro lo
saben a la perfección.
Porque solo alguien entregado de
antemano puede aceptar que un desconocido le venda la torre Eiffel. O que la
Luna está plagada de seres estrambóticos. O que un pobre infeliz de la Alemania
del Este le pasa a un coleccionista del otro lado del muro los diarios perdidos
de Hitler. O que tras la apetitosa apariencia de una hamburguesa se oculta
Satán.
Marta Fernández nos ofrece un
muestrario de historias en las que el engaño se eleva a obra de arte, y ante
las que solo podemos reaccionar como cuando nos sentamos en una sala de cine,
convencidos de la verdad de lo que vemos. Nos maravillamos, nos divertimos, nos
emocionamos, nos preguntamos una y otra vez cómo es posible dejarse embaucar
por tan increíbles patrañas. Y, quien sabe, quizá empezaremos a mirar de otra
forma un mundo en el que las mentiras son más hermosas que la realidad de la
vida.
Opinión
«Hay que dejar que la prensa haga el trabajo por ti. Que difunda
tus mentiras y magnifique las dudas»
Para abrir debate y empezar de
alguna forma a reflexionar, voy a plantear una pregunta, ¿es bueno decir
siempre la verdad? Otra, ¿es bueno engañarnos a nosotros mismos? Lo
sé, lo sé, ninguna de estas respuestas es absoluto, entonces por qué nos
llenamos la boca diciendo que mentir es malo, si eso es así, os
garantizo que todos, absolutamente todos, somos malos, porque no una sino cientos
de veces hemos mentido.
Crecemos
escuchando que mentir es malo, pero luego observamos como la persona que nos
recrimina o nos amonesta con el dedo índice casi sobre nuestras narices, miente.
Miente diciendo que los Reyes Magos existen, que el Ratoncito Pérez vendrá por
la noche, que el vestido le queda bien a la vecina o que la comida del abuelo
apenas se ha quemado y toda la casa esta cargada de un humo denso y pesado,
pero tiene Alzheimer y quiso aligerar la carga haciendo la comida, pero se le
olvidó la cazuela. Mentimos por cariño, por amor, por miedo, para protegernos,
para sobrevivir, para quitar peso de nuestra espalda y seguir arrastrando
nuestra carga. Decir que mentir es malo nos llena de culpa y la culpa es un
sentimiento que paraliza y hunde, nos convierte en malas personas, un malestar
continuo que condiciona el resto de nuestras decisiones.
Ya
sé, ya sé, algunos diréis, que hay mentiras y mentiras piadosas. No seamos hipócritas,
un político que nos miente a la cara puede pensar que son piadosas, que nos
protege de los malos augurios de su gobierno, de la brecha que se abre bajo
nuestros pies por su mala cabeza, y es mejor retrasar ese momento con palabras
hermosas y futuros de utopía.
No
podemos seguir negando nuestra naturaleza, nos lleva a un conflicto interno que
impide nuestro desarrollo emocional de forma armoniosa. Mentir forma parte del
ser humano y tiene beneficios, pero también perjuicios y consecuencias. Yo he
mentido, cuando se moría mi padre, le mentía a él y me mentía a mí, saldremos
de esta, ni él salió ni yo tampoco, me costó cuatro años salir del pozo de esa
mentira, pero cómo se le dice al alguien con sus facultades perfectas, te estás
muriendo, te quedan horas, yo no pude, no podía, no supe, nadie me preparó para
eso, yo no quería separarme, ni perderle. Mentí.
No
os sulfuréis conmigo, la mentira es mala cuando es la herramienta de otro concepto,
MANIPULACIÓN. Pero incluso en esto tenemos el resto de incautos culpa, la autora
nos dice…
«Creo que la clave es que ni se pararon a pensar. Se
dejaron llevar»
Quizá, y solo
quizá, nos guste que nos engañen para seguir viviendo en un mundo mejor. Y
quiero terminar con una idea dada por Marta Fernández:
«No hay nada tan seductor como una buena falsedad
inventada para revestir una verdad demasiado sencilla. Una buena ficción que
nos permita buscarle un sentido a ese puzle que llamamos vida»
Marta Fernández nos recoge en su obra algunas de las mentiras más increíbles de la historia.
Gracias Pepa Locura de Libros por la recomendación.
Comentarios
Publicar un comentario