Mientras mi mirada te busque de Aranzazu Sumalla
Hi
Sinopsis
Esta es su historia, la de dos
hermanas que, a pesar del papel que la sociedad les había asignado, lograron
ser fieles a sí mismas y murieron centenarias, solas y libres, lejos de los
ecos de esa sociedad que hacía mucho tiempo las había olvidado.
Pero esta es también la historia
de la narradora de esta novela, una mujer que, desde el presente, trata también
de desligarse de todas esas miradas que nos determinan y condicionan, y de
encontrar la suya propia, más allá de los estereotipos de la maternidad, la
realización personal a través de la profesión o la deuda sentimental con los
patrones familiares.
Mientras mi mirada te busque es
un relato, a ratos biográfico, a ratos imaginado, sobre todas esas trampas que
debemos sortear para poder ser nosotras mismas.
Opinión
Una obra que habla de los
sentimientos, emociones y pensamientos de la mujer, como nos vemos a nosotros
misma dentro de esos días de caos, de inseguridad y de sentirnos inmensas en un
universo extraño y contrario.
«Quiero
seguir queriendo a quién no debería haber dejado de querer». Algunos pensarán
en un amor fallido, en una amiga, yo pienso en mí misma, a quien menos he querido
y más he dado de lado ha sido a mí misma. Me he traicionado tantas veces que
perdí la cuenta. Yo también me he perdido en un mar de verdades y mentiras,
mentiras que otros creen y verdades que algunos niegan. Creo que tenemos derecho a cuestionarnos desde dentro, sin juicios ni castigos, solo desdecirnos de lo que dijimos, pensamos y sentimos, volverlo hacer si decidimos repetir pensamientos, palabras o citas. Tenemos derecho a quejarnos. Y hay una frase que la
secundo, «Solo es irreversible perderte cada vez».
«Marianela, que dejando de guiar se quedó sin camino»
Puede
que no sea la intención de Aranzazu hacernos reflexionar sobre sus frases, pero
lo hace y desde hace un año me siento como Marianela, perdida en mitad de la
nada sin un sendero, porque hasta hace poco he sido el faro, la guía de mis
hijos, ahora, después de dieciséis años, tengo que encontrar un sendero, camino
o carretera que marque MI destino.
«Y no aprendí nada. Pero seguí. Perseveré. Nunca
claudiqué»
Hay
errores de mi vida de los que no aprendí nada, porque no fueron del todo míos,
me vi arrastrada hacia esas decisiones, me afectaron y me los adjudiqué. Seguí
adelante con esa piedra en la mochila, firme en mis valores e ideales, no me
rendí.
«Somos hijas del miedo a estar solas, a no estarlo; del
miedo a quitar, a defendernos, a reclamar, a despotricar, a maldecir, a
contestar. Pide permiso antes de entrar»
«Un beso. Se cariñosa. Se educada. Se bondadosa. Pero,
sobre todo, ten miedo»
Jamás
les he dicho a mis hijos que dieran un beso a nadie si no querían, ni que fueran
educados con quien no les correspondía, jamás les he dicho que fueran cariñosos
con gente que no conocieran y me daba igual que se tratase del mismísimo Papá
Noel. Si es cierto que a ambos les he dicho que no se fíen de nadie, llámalo
miedo o precaución, pero sí, les he dicho que no vayan con gente desconocida,
que no se suban al coche de nadie, que no entren en callejones oscuros y
lleguen a casa antes de que anochezca. Es una sociedad del miedo.
Y
para despedirme, sin dejar este debate interno, una cita más…
«Eres, pero no basta. Eres, pero no suficiente. Eres,
perno hasta donde yo quiera. Eres, pero solo para lo que me interesa».
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