La puerta de las estrellas de Ingvild H. Rishoi

 

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Sinopsis

 

Ronja, de diez años, sueña con tener un árbol de Navidad. Pero su padre, un viudo amable y cansado, y víctima del alcohol, no consigue permanecer en un mismo trabajo el tiempo suficiente para ganar el dinero que gastar en lo que no es esencial. Este año parece que finalmente Ronja cumplirá su sueño, porque su padre ha encontrado trabajo en el mercado de árboles de Navidad. Pero... Con esta historia aparentemente simple y directa, en la que también tiene un papel importante Melissa, la hermana mayor, la autora describe desde la perspectiva de Ronja una infancia y una familia abocadas a la vulnerabilidad, en la que los niños tienen que crecer más rápido de lo que deberían, arreglárselas sin sus padres e incluso cuidar de ellos. Un libro emocionante y conmovedor, triste y lleno de bondad, que hace bien y duele, pero sobre todo te tiene en sus garras desde la primera a la última página. Y ante el cual incluso a quien no suele llorar cuando lee se le va a hacer difícil no hacerlo.

 

Opinión

 

«Creer es para las mezquitas»

 

En esta frase que Melisa repite como una muletilla a su hermana pequeña, hay desesperanza, ha dejado de creer que la vida puede tener otra tonalidad fuera de los grises y negros, de la música melancólica y las luces mortecinas. Melisa representa la pérdida del sentido de la existencia, por eso cuando la oímos sentimos el enorme vacío de los que perdieron la esperanza. No se la repite a Ronja con la intención de hacerla sufrir, sino para protegerla de la decepción, porque la decepción es dolorosísima, las expectativas no se cumplen, y en esta historia es el padre con su comportamiento el que destroza la vida de dos niñas. Nada cambia, todo es inamovible. Pero Ronja se niega a dejar de soñar.

                Un homenaje explícito a un cuento La pequeña cerillera escrita por el poeta danés Hans Christian Andersen. Cuando era pequeña y leí el cuento, me causó tanto impacto que nunca más quise releerlo. Según mi profesora era un cuento de compasión, una lección, teníamos que estar agradecidos por nuestra riqueza, hay niños más pobres, niños que mueren cuando nosotros tiramos la comida, niños que mueren de frío cuando nosotros no queremos ponernos un abrigo porque no es de moda o feo, ¿verdad que se te incrusta en la cabeza la sensación de culpa? Somos culpables. Hoy, cuarenta y dos años después, leo con mi hija y me doy cuenta lo importante que es leer con los niños y explicarles que lo que sienten no es malo, que esas emociones queinstintivamente rechazamos hay que entenderlas, ¿por qué me siento así? Y sobre todo, ¿qué hago con todo este torbellino de tristeza y pena? 

                A pesar de todo lo malo que rodea a Ronja y nos va contando con su voz infantil y su ilusión contagiosa, como lectores deseamos que sigua entre la realidad y la fantasía, más cerca de la segunda que de lo que la rodea, que siga siendo feliz, que piense que la vida puede dar un giro y lo que hoy es negro mañana será blanco, ¿no es lo que deseamos todos nosotros cada mañana cuando las cosas nos sobrepasan? Nos agarramos a Ronja con fuerza, pero hay un punto donde nos empieza a invadir la melancolía, donde nos produce vértigo que Ronja sea del todo consciente de lo que nosotros sabemos, que Melisa y el señor Arenson sabe, nunca cambiará, porque él también conoce la desesperanza y no puede con ella, por eso intenta ahogarla en alcohol.

                Y tras explicar a mi hija cada una de las emociones negativas que siente, el miedo a que Ronja deje de soñar, el asco que le produce el estado lamentable del padre, la ira por la maldad de Eriksen y la tristeza por la situación de las dos hermanas, enseñamos a nuestros niños a canalizar las emociones, que no se conviertan en frustración, que no se enquisten. Cuando termina la obra me pregunta, «¿Por qué a pesar del final, no me siento triste?», «Porque hay mucha esperanza». Hay un momento de la novela que nos dice Ronja: «Los que creen en dios siempre saben a dónde van». Tener un sentido de vida, un propósito, es una fuerza motivacional, cuando se logra se consigue vivir la libertad, lejos de cadenas y cargas, obtenemos una visión positiva de la vida. ESPERANZA.

 

Muy recomendable.


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