La rosa de California de Jesús Maeso de la Torre

 

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Sinopsis

 

Año del Señor de 1781, misión de San Gabriel, California. El padre prior, fray Daniel Cepeda, alarmado ante la oleada de asaltos de los indios yumas (cuya inequívoca y cruel firma es dejar clavados, a la vista de todo el mundo, los despojos de sus víctimas con espinas del arbusto conocido como rosa de California) escribe alarmado al gobernador y capitán general don Felipe de Neve solicitando el amparo de los dragones de su majestad el rey.

 

Los indómitos guerreros yuma, entre ellos la joven Luna Solitaria, son cada vez más temibles en sus incursiones. Si antes habían sido los comanches sus objetivos de sangre, ahora eran los blancos y en especial los frailes de las misiones hispanas y quienes vivían en ellas, mestizos, criollos y mexicanos. Deberán ahora enfrentarse a las tropas del capitán de dragones Martín de Arellano, conocido en todo el virreinato de Nueva España, desde las selvas de Guatemala hasta Arkansas, como el Capitán Grande, como lo llamaban los comanches tónkawas, los siri, wichitas y yumas.

 

Opinión

 

«En sus ojos veo ahora miedo y odio, cuando antes solo veía sumisión y acatamiento»

 

Creo que ha llegado el momento que empecemos a novelar nuestra propia historia y no dejemos que otros la reescriban a su gusto. Si tan salvaje fuimos, ¿por qué los ingleses copiaron el traje de los dragones, el ejército español? Si nos queremos desmarcar, ¿usamos los mismos colores? El lobo se viste de oveja o de lobo dentro del rebaño. Y dicho esto puedo añadir, fantástica aventura. Según la leía compartía algunos fragmentos con mis hijos que no llegaban a creerse que los rusos estuvieran también en el viejo oeste y que fuésemos nosotros, los españoles, los primeros colonos de aquellas tierras.

                Es cierto que nuestra historia está plagada de sombras, pero también de luces, Jesús Maeso no maquilla la realidad, no fuimos santos, pero tampoco los demonios que describen. «Tutelan su vida y exigen a los indios sumisión, trabajo y obediencia ilimitada». Me declaro fan del capitán de dragones Martín de Avellano, «No se puede acusar a todo un pueblo por una ofensa hecha por un sujeto furioso», casado con Clara, indígena, cuyo nombre real era Nube Celestial. Los españoles permitimos el mestizaje.

 

«El haber incorporado al indio a la casta hispana y haber creado una raza nueva, la mestiza, lo considero un milagro de la civilización europea»

 

                Una novela repleta de fantásticos personajes, porque hasta los villanos son magníficos, como Elías Morillo, sádico y pedófilo, sus actos fueron calificados por el prior como consecuencia de su exagerado celo, por eso tuvo que cumplir con una rigurosa penitencia (menuda penitencia rigurosa, página 20), tras ella, fue perdonado y mantuvo su puesto, todopoderoso capataz de indios. Los Rostros Ocultos, «Los frailes han mezclado y confundido la religión con la vida de las tribus»:  Luna Solitaria y Pequeño Conejo, Búfalo Negro y Cuervo Sentado, entre tantos otros.

Otra pregunta, ¿quién empezó cortando cabellera? Si dejase que mi suegra escribiera mi historia 🤦‍♀️, fresca iba. Hemos permitido durante 300 años que otros lo hicieran, nos han convertido en la leyenda negra, ha llegado el momento de marizar esa leyenda.

 

Gracias Pepa Locura de Libros por la recomendación.


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