Leonís. Vida de una mujer de Andrés Ibáñez
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Sinopsis
Inés de Padilla nace en 1469 y
con quince años logra entrar en la Universidad de Salamanca en un momento en el
que los estudios estaban vedados a las mujeres salvo en casos excepcionales
como el de Beatriz Galindo. Allí conoce al hombre con el que mantendrá una
larga historia intermitente de amor. Ya en Madrid, entra en la corte de los
Reyes Católicos y se convierte en dama de Juana la Loca. Amante de Juan de
Padilla, participa en la revuelta de los comuneros. Pero, a comienzos del siglo
XVI, se percata de un hecho inexplicable: no ha envejecido ni un solo día desde
que cumplió veinticinco años. Y así sigue viviendo, sorteando peligros, hasta
los albores del siglo XXI.
Opinión
«¿No había
acaso mujeres por todas partes, en las calles, en las casas en las lavanderías
y en los palacios, tirando del arado y vendiendo cebollas en el mercado? ¿Por
qué ver a una mujer en aquellas salas parecía algo tan extraordinario?»
Inés de Padilla es un personaje de
ficción, aunque a veces dudemos, sobre todo al principio donde su inmortalidad
no llama la atención. Un personaje que, a lo largo de 800 páginas, sí 800, pero
no me resultó ni largo ni pesado, nos desvela datos curiosos. Recorreremos desde
1969 hasta el presente la historia de España. Desde Beatriz Galindo, gran
latina como Inés, pasando por Luisa de Medrano, Isabel la Católica, Juana la Loca
a la que no se consideraba apta, pero como escribe el autor «Ha habido reyes
locos, reyes estúpidos, reyes malvados, reyes tiránicos, reyes títeres, reyes
lelos y nadie se ha cuestionado si “eran aptos”» quizá porque fuesen hombres, y muchos más personajes reales y de ficción. No quiero olvidarme de Melchior Sittow que pintó a Inés
desnuda y tras acabar se dio cuenta de su gran error, «tenemos que quemarlo inmediatamente.
Lo que había pintado le daba miedo, no porque fuese una mujer desnuda, sino,
porque no representaba ni a una diosa ni a una ninfa, era una mujer real».
«No hay cosa peor que una mujer sabia, nada más ridículo
y contra natura, los hombres odian más a una mujer sabia que a una fea»
Iremos viendo
la evolución de Inés, una mujer adelantada a su época, que tuvo que ceder sin
perder su individualidad. Pero el autor nos ofrece mucho más, señala puntos
importantes que escribieron otros en prejuicio nuestro. ¿Qué hay de cierto sobre «la caza de brujas»?
La Inquisición española carga una leyenda negra que no le corresponde, solo 59
mujeres en toda su historia. «A veces veía en la plaza de Salamanca a
mujeres puestas en la picota por haber sido acusadas de brujería… viejas…». La
expulsión de los judíos, penúltimo país, porque los Reyes Católicos se negaban,
muchos de sus grandes aliados en el reino eran judíos, el médico de la reina
sin más y amigos varios, pero cedieron ante la presión del resto de Europa. El
último país, Portugal.
Son
tantas las curiosidades que se van entrelazando con la larga vida de Inés, como
curiosidades de la cotidianidad, que se enviaba a los criados a recibir clase,
como le sucedía a Leoncillo, o sobre la educación, estaba prohibida la traducción
de la Biblia a la lengua vulgar, lo mismo que el Cantar de Cantares. ¿Quién fue
Tomás de Córdoba? ¿Quién fue Beatriz de Silva y Meneses y su relación con la
reina Isabel? ¿Qué significaba que una mujer tuviese mellizos? ¿Qué riesgos
corría una mujer con un espejo en casa?
«No cabíamos al fuego y parió mi suegra»
No
empaticé con Inés de Padilla, es una magnifica guía y mejor narradora, pero lejana
y fría, sometida a todo tipo de situaciones lo que me resulta en algún momento
forzado, como los intentos de violación. En la primera me choca con el carácter
descrito, no veo a la protagonista que se deje seducir tan rápidamente y que no
piense, ¿para debatir hay que irse a un lugar boscoso teniendo los amplios
pasillos de la facultad? El segundo intento, parece la consecuencia de la desobediencia
del marido, un castigo por no ser una buena esposa.
Una lectura que he disfrutado y de la qué saqué jugo.
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