La memoria y la vida de José María Ruiz-Vargas. Parte I

 

 

PARTE 1.

 

 

No se trata ni muchísimo menos de mis impresiones finales, porque es una lectura que requiere tiempo, pero de la que quiero traeros poco a poco detalles.

                La memoria es el mayor misterio, forma parte de nuestra identidad y biografía. Todo se guarda sin fecha de entrega, un día, de repente, un perfume, una canción, una imagen, obra el milagro y nos asalta aquel instante ya pasado de nuestra vida, y se recupera con emociones y sentimientos. ¿Cómo guarda el cerebro lo que le envían los sentidos? Ningún recuerdo está localizado en un punto concreto, están por todo él, lo que se conoce como «redes de memoria».

               

                Cada vez que se descodifica un recuerdo, se narra de una forma, compruébalo, ¿por qué los psicólogos te preguntas varias veces sobre un mismo recuerdo? Cada vez que recordamos algo, el cerebro lo vuelve a almacenar con las variantes, si se evoca siete veces, siete veces lo registra el cerebro. Una huella nueva, se fortalece esa huella.

 

                ¿La memoria miente? La memoria es caótica, desordenada, caprichosa, pero ¿hasta que punto nuestra memoria nos engaña? ¿Se recuperan fielmente el pasado? ¿Por qué dos personas que viven el mismo instante lo recuerdan diferente?

 

«Sin un pasado identificable se cierra el camino que conduce al conocimiento de uno mismo»

 

La memoria autobiográfica solo registra lo que tiene carga emocional, sentimientos saturados de significado y trascendencia. Esto nos convierte en seres únicos, no hay dos iguales. Entre la memoria y el YO hay un vínculo indisoluble. Nuestros recuerdos no son registros literales de las experiencias, aunque hay excepciones en los casos de recuerdos traumáticos, donde reviven una y otra vez lo vivido, víctimas del 11M, por ejemplo.