Libro de sangre de Kim L´Horizon
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#Librodesangre
#KimLHorizon
#Deconatus
Sinopsis
El personaje de Libro de sangre
no se identifica como hombre o mujer. Ha crecido en un sórdido suburbio suizo
y, desde Zurich, después de dejar atrás ese mundo asfixiante de lugar
pequeño con grandes brechas sociales y pocas oportunidades, necesita recolocar
su pasado.
Una nueva forma de afrontar el sexo, la identidad, el lenguaje, el trauma, la
pertenencia social.
Opinión
Elle lo define como una «biografía
de ciencia ficción». En realidad, es un libro de autoficción donde el género
toma todo su sentido. Al contar lo que no se puede contar, es necesario usar la
ficción, tras el resguardo de un personaje de papel nos sentimos libres para
expresar aquello que por una razón u otra nos da miedo a decir en voz alta.
Es
complicado escribir las impresiones de esta obra. Sin destacar la parte
narrativa que resaltarán otras reseñas, que llama mi atención, sí, pero
sinceramente no es lo que destaco, lo que más me interesa es entender a un
nivel psicológico que es un ser no binario. Es una lectura fascinante, complicada
y cargada de matices.
Los
silencios, cómo marcan los silencios de las familias, «nunca hablamos de la vergüenza,
nunca de la muerte, nunca de tu muerte, nunca de tu creciente desmemoria, hablamos
mucho de los álbumes familiares y de cada una de las fotos…, nunca hablamos de
dónde se largo esa hermana pequeña llamada Irma». Qué malos son estos
pactos de silencio, esos temas tabúes que por lo general son
circunstancias mal resueltas por la familia, no he conocido una familia que no
tuviese algún silencio, pero una cosa es un pacto y otra muy diferente no estar
prepara para hablar de ello, todavía, no confundamos. De lo que no se habla no
existe.
Un
niño despierto, empático y muy observador, que absorbe el mundo que hay a su
alrededor y detecta las grandes diferencias de los dos géneros. «Las mujeres
son objetos… usaban artículos neutros… Y no solo las madres, todas las mujeres
eran neutros. Recuerdo que esa cosificación me enfurecía. Yo no quería ser un
objeto, quería ser una persona…» (27) Interesante, que en gramática se use
en su idioma un genero neutro para designar al género femenino, después
explicará como a su Meer, madre, por ser mujer, la obligaban a ser
complaciente, silenciosa y dejarse hacer. Le niñe, como se llama así mismo,
aunque en otros fragmentos dirá el niño, sobre todo cuando no es consciente de
lo que está pasando a su alrededor o no quiere verlo. El niñe, tampoco
quiere ser masculino, porque no quiere ser violento y dominante.
Por
lo que ha visto, por lo que le han hecho, en un momento intenso de la lectura
cuenta como su abuela le vestía de mujer y le daba un trato amable y cariñoso,
pero un día cuando se viste y sale para recibir ese afecto que de otra forma no
obtenía, le dice que se quite esa ropa que no le pertenece, se lo dice entre la
vergüenza y el asco (49). Diría que la abuela por una serie de detalles, como
este y otros, sufre de misandria, odio al hombre, si no, ¿por qué no visita a
Nico?
Y
tras leer la mitad de la obra una pregunta me asalta, ¿somos conscientes de la
realidad que absorben nuestros hijos? «Siempre supe que Meer y tú eráis
monstruos», madre y abuela, no hay frase escrita a la ligera, detalle
dejado por error, el cuerpo de ese niñe se convierte en un lugar de maltrato,
para otros y para él por dejarse hacer todo eso que rechaza «siempre me
espanta la posibilidad de despertarme por la noche oliendo a otra persona», por
eso frota su cuerpo con piedra pómez.
No
sé si es una obra para recomendar a todo el mundo, requiere leer con
tranquilidad, observando la profundidad de cada frase. Muy recomendable para
todos los lectores que como yo disfruten comprendiendo y aprendiendo más de las
relaciones y su importancia.
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