Yo soy el viento de Jon Fosse
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Sinopsis
Dos hombres en un barco dialogan
sobre algo que ocurrió, algo que hizo uno de los dos. Ambos tratan de desgranar
las razones de por qué se ha de vivir y de cómo se afronta la soledad en la
vida. Navegan en el mar y navegan simbólicamente hacia respuestas que ayuden a
suavizar la existencia cuando ésta se torna hostil, cuando la vida nos conduce
al desánimo ¿Cuál es el lugar que pone fin a su rumbo?
Obra escrita en el año 2007.
Traducida por Cristina Gómez Baggethum directamente desde el noruego.
Opinión
Jon Fosse se sintió atraído por los cuadros de Lars Hertervig, su pintura romántica tiene un carácter poético que
da una sensibilidad especial al cuadro, esa inspiración sería la que encontró Fosse,
sentimientos que ambos reflejas en su arte, pero hay algo más, algo que se
escapa o no se puede señalar, pero se siente, cierta melancolía en ambos
artistas.
Los
silencios en esta obra, Yo soy el viento, son reveladores, su duración, no son espacios vacíos,
son un mensaje, tienen su significado. Cuando guardan silencio captan la atención
del oyente y se quedan suspendidas sus últimas palabras en el aire dando
sentido a un pensamiento que se hilvana o una reflexión que se teje. Si leemos
la obra de corrillo, como acumulando lecturas para un maratón, no alcanza su
poder, se diluye el mensaje, las razones que llevan a esos dos hombres a estar
en ese barco, se pierde la soledad.
¿Por qué callan?
¿Qué se oculta tras ese silencio? ¿Vergüenza o miedo?
Es una escena cotidiana, dos hombres que interrumpen su conversación buscando el hilo de un pensamiento que puede ser incómodo porque expone al juicio. La escena parte de un acontecimiento que no sabemos cuál es, pero que a Uno asusta, no quiere estar solo, su voz interna le martiriza, expresar lo que siente le cuesta, las palabras no salen y cuando lo hacen pesan. ¿Hay culpa? Se siente roto por dentro, pero no es eso, Otro va tirando del hilo hasta que se escapa la palabra, porque las palabras no se eligen a la ligera, no son escritas sin pensar, no es la grieta, no es el agrietamiento, es el resquebrajar, sus palabras al pronunciarse tienen ese efecto. Y aquí, como haría un psicólogo, hay que enfocar la mente en otro punto para que el silencio no se convierta en mutismo porque el dolor se hace sofocante. ¿Qué hace que te guste estar en la mar?, pregunta Otro.
¿Qué desea Otro de Uno? ¿Qué quiere averiguar?
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