Arquitectura del disenso de Colin Ward

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#Arquitecturadeldisenso

#ColinWard

Traducción #BlancaGago

Edita #Gallonero

 


 

Sinopsis

 

«Las reflexiones de Ward sitúan la experiencia directa, personal y corporal, en la base de cada reflexión sobre la arquitectura. Observa el hábitat humano desde la perspectiva de lo cotidiano: una arquitectura de carne y hueso que se aleja de codificaciones disciplinarias.» Colin Ward, uno de los principales pensadores anarquistas de la segunda mitad del siglo XX, fue también un observador incansable de la historia social de la planificación y la vida urbanas: dedicó más de veinte libros a las formas populares y no oficiales de construcción y manipulación de la ciudad. Las intervenciones recogidas en esta antología documentan sus reflexiones sobre arquitectura y urbanismo, realizadas con la precisión del erudito, la frescura del autodidacta y la pasión del militante. La mirada irregular y participativa de Ward 'adelantado a su tiempo en su capacidad para vincular estrechamente arquitectura y ecología' rastrea las «semillas bajo la nieve» de una posible genealogía de prácticas constructivas alternativas, vinculando las experiencias y figuras más dispares: desde Bernard Rudofsky hasta los canteros de la Edad Media, desde Giancarlo De Carlo hasta los «paisajes improvisados» del sur de Inglaterra, sin olvidar a los autoconstructores de todos los tiempos.

 


Opinión

 

Permitidme que antes de entrar en la lectura haga una reflexión en alto, una frase que me dicen mis hijos y muchos lectores, «No es para mí, se sale de mi zona de confort». Y ¿si lo hicieseis con garantías?, ¿os atreveríais? Puede que no se trate de temas que leáis habitualmente, pero os garantizo dos cosas: calidad literaria y enseñanza.



Me encanta Gallo Nero, es una editorial que siempre me saca de mi zona de confort, lejos de que esto pueda resultar malo, yo lo siento enriquecedor. Dentro de esa zona de confort lectora me siento segura y parece que no corro riesgo, pero también me encuentro con lecturas decepcionantes, hay una parte negativa dentro de esa zona, ¿o no?, entonces, ¿por qué nos da tanto miedo salir de ella?




Desde que conozco la editorial, desde que leo sus publicaciones, he aprendido sobre temas diversos, reflexionado sobre ideas que no se me habían ocurrido. Se gestionar mejor lo imprevisto, no sé lo que me voy a encontrar en cada ensayo, eso me da más seguridad lectora a la hora de enfrentarme a nuevos retos, ¿no es un enriquecimiento personal? Ese miedo al cambio hay que superarlo a poquitos, qué mejor que con la lectura en la tranquilidad de nuestro sofá. Somos animales de costumbres y nos da miedo el cambio o pereza, ¿y si la lectura no me gusta?, me dicen mis hijos, nadie te obliga a tener el libro abierto en las manos ni te sujetan los párpados con celo, puedes cerrarlo, pero… ¿y si te gusta? ¿Y si descubres un tema fascinante que no se te habría ocurrido? ¿Y si te engancha un género del que hasta ahora no habías dado oportunidad?



 


Y ahora sí, vamos con esta pequeña joya sobre la arquitectura del disenso, disentimiento. La primera sorpresa me la llevo en las páginas de inicio, en arquitectura no se estudian los edificios sin pedigrí ni fecha, es interesante, porque en mi pueblo como en el de muchos, las casas las levantaban la gente del pueblo, la mayoría de ellos dedicados a otros menesteres, y todavía siguen en pie después de ciento y pico de años. La mayoría de los edificios del mundo no han surgido con el trabajo de un arquitecto profesional, la gente construye sus casas usando materiales locales y conocimientos básicos adquiridos de la prueba y error y trasmitidos de padres a hijos. Es, Antonio, consciente, que ha levantado tres de las casas de mi pueblo, ¿qué desconoce los elementos del diseño que rigen la arquitectura? No me digáis que este punto de partida no tiene algo cómico. Ahora se importan materiales, que encarecen las construcciones, no sé si se mirará tanto las sobras y el despilfarramiento en las obras como se hacía antes, me da que no.




También nos adentraremos en lo que significa ser arquitecto, el arquitecto. Yo asumía que era un profesional independiente, pero resulta que esto es una pequeña minoría, sobre esto hay una evolución interesante. Un arquitecto antes, era el que sabía manejar con soltura, volúmenes y espacios, pero hoy, Geoffrey Vickers señala, «trata de comprender los problemas de las personas y ayudarlas a resolverlos».

Se hablará de que la arquitectura y las emociones de las personas van de la mano, el tema de las posesiones en la costa, la propiedad de un terreno. Pero lo indiscutible, lo que iremos viendo a través de esta lectura, es la huella del ser humano en el entorno, incesante, la evolución de la arquitectura para cubrir las necesidades es incuestionable. Y dentro de esta huella, algo muy sorprendente, que no sé de qué me sorprendo, hay admiradores de lo que a otros horroriza, se trata de los elementos decorativos que surgen de las entreguerras. Al final llegamos a una conclusión, cada asentamiento tiene su propia historia. Hubo un tiempo donde cada generación contaba con dejar en el patrimonio material parte de su existencia.

 


Para los amantes de la arquitectura, del diseño material o para los que como yo buscan algo fuera del círculo.    

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