Yeguas exhaustas de Bibiana Collado Cabrera

 

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Sinopsis

 

Una madre, con los dedos rígidos de triar naranjas en un almacén y limpiar pisos de vacaciones de otros. Una hija, también con los dedos rígidos, pero de teclear papers, tesis y mil trabajos académicos. Y algo que no encaja. La sensación de que debería estar pasando algo que nunca llega a pasar. Este libro nos presenta un rosario de mujeres extenuadas. La falsa promesa del trabajo duro se hace añicos entre estas páginas mientras suenan Camela o Estopa. Yeguas exhaustas es la historia de una hija que tiene una relación de pareja dañina, que piensa en las heridas del cuerpo, en las tremendas diferencias de clase y sus implicaciones, en el clasismo del «mundo de la cultura», en el acceso al mercado laboral, en la endogamia universitaria y sus laberintos… en definitiva, en el averiado ascensor social. Esta novela trata de manera certera el paso del siglo xx al xxi en España a través de la propia experiencia: «Me exploro, investigo, reinterpreto pedazos de vida. Juego y cuestiono. Busco causas. Busco alivio. Busco cómplices». Y sin duda los encuentra. En Yeguas exhaustas Bibiana Collado Cabrera nos lleva a situaciones vividas y sentidas como individuales que en realidad son colectivas. Tan bien contadas, tan reales, que por momentos se nos olvida que estamos ante una novela.

 

 

 

Opinión

 

 

«Todos parecemos iguales»

 

Beatriz es un personaje cargado con el complejo de inferioridad, baja autoestima, nos narra en primera persona su historia y sentiremos esa sensación permanente de que nunca está a la altura de los demás. Nace de sus creencias, de cómo la han querido o de cómo se lo han expresado, más o menos acertada, experiencias tempranas que la señalan como diferente. «La cultura de agachar la cabeza se hereda». Se compara con los demás y se justifica para sí misma, ahondando más en esa diferencia que la señala, «¿Cómo iba yo a conocerlo?», socaba su identidad cultural, soy inferior, es imposible conocer todas las canciones del mundo, todos los libros que se publican, pero se reafirma en su complejo de inferioridad. Y esto hace que nazca un discurso negativo sobre la vida.

 

«Mi madre me transmitió que una buena mujer es la que rinde igual de bien, aunque este menstruando»

 

                Creció observado su entorno, una competición de dolor, «me da mucha pena pensar que hoy en día sigo calibrando el tamaño de mi mal para decidir si es contable y creíble». Nos quedaremos con la primera idea metida en la cabeza de la pequeña Beatriz, COMPETICIÓN. No da la talla, a ella no le duele la menstruación como al resto, por lo tanto, no puede quejarse. No es buena como doliente, se está comparando en algo nimio, esto cala y modela un pensamiento. Es un pensamiento irracional, del que es complicado zafarse, como iremos descubriendo. Nacerá más adelante un diferencia más significativa ampliará esa brecha, el idioma. Y luego llegará la música. 

 

«La educación femenina es esencialmente masoquista»


                Sí, así crece Beatriz, igual que hay hombres que crecen en la castración de las emociones, un hombre no llora, un hombre no muestra debilidad, ni sentimentalismos, la castración de la tristeza masculina. Esa visión distorsionada que tiene de ella misma la convertirá en presa fácil de personas indeseables, se ve más pequeña, menos valiosa que ese novio que no cumple con los parámetros de la narrativa. Actuaciones inconscientes y desesperadas, ¿por qué? Para demostrarse a sí misma que lo que le sucede se lo merece, es menos que el resto, ella no se merece un hombre maduro que la mantenga, reafirma la pobre opinión que tiene de ella. «Lolita nunca paga la cuenta».

 

                El miércoles en el Club de Lectura de la Librería Cervantes & Cía conoceré a la autora y hablaremos con ella de su obra. Estáis a tiempo.   


 
   

 Un gusto enorme escuchar a Bibiana ayer por la tarde. Os dejo un breve resumen, fuero  mucho las ideas, solo apunté algunas.



La primera pregunta que al lector le surge cuando lee una obra tan personal, tan cargada escenas cotidianas y conversaciones comunes, que plantea tantas preguntas y obliga a  reflexiones es, de dónde nace la idea. Bibiana respondió, "La historia sale de muchos sitios, sobre todo del desquite, de todo lo me ronda la cabeza y recoge los nudos que me aprietan". Pero también del proceso de escritura. Los capítulos cortos son breves relatos, al escribirlos surgían dudas, que hacían el marco de la historia cada vez más grande.


                  No todo lo escribe, el libro es una gran elipse, usando las palabras de la autora, lo realmente problemático no se cuenta, hasta dónde podemos decir, hasta dónde podemos hablar, "La escritura tiene cierta censura".

                   Una obra que trata sobre la violencia de clase, que persiste a lo largo de los años, los orígenes,  la lengua que señala, las becas, los estudios, esos máster y esas becas, la música. 



Yo veo en el texto una protagonista con inseguridad, yo leo cierta debilidad en Beatriz, falta de seguridad, quizá porque proyecto parte de mi propia personalidad por los puntos en común,  yo crecí en un pueblo, estudié en la gran ciudad, pero nunca me importaron las diferencias que me señalaban en la lengua, la ropa, la música y la vivienda. Bibiana aclaró este punto sobre Beatriz. 


Fue un placer conocer a la autora y esta interesante y amplia tertulia. 


 

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