Nagori. La nostalgia por la estación que termina, de Ryoko Sekiguchi

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#Nagori

#RyokoSekiguchi

Traducción #ReginaLópezMuñoz

Edita #Periférica

 

Sinopsis

 


Nagori, literalmente «la huella de las olas», designa en japonés la nostalgia de la separación y, en particular, la nostalgia de la estación que termina, que nos deja y que, a nuestro pesar, dejamos atrás. Remite a la estacionalidad de un fruto o de una hortaliza anunciando su futura ausencia: para recuperar su olor, su sabor y su sensación no nos quedará otro remedio que aguardar un año entero conservando, eso sí, su recuerdo en la memoria de nuestros sentidos. Nagori es asimismo la atmósfera de algo que ya no existe, como la de una casa que evoca el recuerdo de quienes la han habitado. Nagori es lo que queda tras el paso de una persona, de un objeto, de un acontecimiento. Nagori es, también, el momento de la despedida y el anhelo del regreso.

 

Un lúcido y delicioso ensayo imbuido de poesía y clarividencia que, entroncando con la tradición de las fisiologías del gusto que inaugurara Brillat-Savarin en 1825, se halla a medio camino entre el tratado de estética, el libro de antropología cultural, la reflexión lingüística y la guía literaria. Partiendo del término nagori, Ryoko Sekiguchi hace una sagaz meditación sobre nuestro vínculo con la naturaleza y las estaciones, en concreto, sobre los diferentes sentimientos que éstas despiertan en nosotros y nos invita a emprender un viaje a través del arte, la poesía, la gastronomía, la sabiduría y el esplendor milenarios de Japón.

 

Opinión

 

Con este tipo de lecturas reflexiono sobre lo que miro y no alcanzo a ver o no valoro, detalles que se me escapan, como el deseo de la fruta fuera de temporada, un pensamiento en el que no hubiese reparado, ¿no es acaso su deseo el anhelo de otra estación? ¿Una mirada al pasado o incluso al futuro? Detalles que dicen mucho de mí. Nagori es la nostalgia de lo que se acaba, pero también son las consecuencias, los daños o las secuelas, por extensión nagori puede ser lo que queda. Se entrevén la nostalgia, los apegos y la temporalidad.

                Hay algo más, su lectura no es nada precipitada, nagori invita a la reflexión, a la calma, al pensamiento que nace despacio y valora la existencia. Es un libro que detiene el tiempo, si te gusta el ensayo. Aprendes mucho, costumbres, lo que se esconde detrás de la cultura japonesa, las estaciones del tiempo, cuántas hay, la ceremonia del té, la estructura de las casas.

                Yo he disfrutado su lectura.  

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