Arturo Pérez-Reverte. Tal día como hoy...

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Tal día como hoy…

… el 25 de noviembre de 1951 en Cartagena, Murcia, nació Arturo Pérez-Reverte.

 

Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez es un escritor, periodista y académico español. Es académico de número de la Real Academia Española desde 2003.​ Como periodista fue corresponsal de RTVE y reportero destacado en diversos conflictos armados y guerras.

                Hablar de él siempre levanta ampollas, lo mismo que cada declaración que da en los medios, pero yo tengo en mente cientos de frases que me gustan, «Al enemigo no se le concede ninguna virtud y al amigo no se le concede ningún defecto y esto es muy peligroso». En X, día sí día también, se abré un hilo que empieza, Arturo Pérez-Reverte responde a la crítica, pero esto no es lo que yo valoró de él, aunque en ocasiones coincido con su mensaje, valoró su obra, su dominio del lenguaje, y otra cosa, no perdáis de vista su sentido del humor punzante, a mí Pérez-Reverte me gusta como autor. Y he de añadir, que muchas personas de mi entorno que lo critican por sus comentarios, se basan en juicios y criterios que han oído de otros, no porque ellos hayan escuchado o leído un artículo completo dicho o escrito por el autor, lo cual me sorprende y mucho.




                Lo primero que leí de él, El capitán Alatriste, 1996, regalo de mis padres, el primer libro de la colección Las aventuras del capitán Alatriste, escrito a cuatro manos con su hija Carlota. La novela es una historia de aventuras muy creíble, en la que muchos de los hechos históricos ocurrieron. La historia de un soldado veterano de los tercios de Flandes que malvive como espadachín a sueldo en el Madrid del siglo XVII. Sus aventuras peligrosas y apasionantes nos sumergen sin aliento en las intrigas de una España corrupta y en decadencia, las emboscadas en callejones oscuros entre el brillo de dos aceros, las tabernas donde Francisco de Quevedo compone sonetos entre pendencias y botellas de vino, o los corrales de comedias donde las representaciones de Lope de Vega terminan a cuchilladas.

 


                No recuerdo si fue antes El club Dumas o La carta esférica, como escribo de memoria en el tren, no puedo mirar en mi estantería y sé que luego no la haré, pero da lo mismo que lo mismo da. El club Dumas, 1993, una novela de aventuras e intriga ambientada en el Madrid de aquellos años. Lucas Corso, mercenario de la bibliofilia, cazador de libros por cuenta ajena, se enfrenta a esa pregunta cuando recibe un doble encargo de sus clientes: autentificar un manuscrito de Los tres mosqueteros y descifrar el enigma de un extraño libro que fue quemado en 1667 con el hombre que lo imprimió. La peligrosa indagación le llevará de los archivos del Santo Oficio a los libros condenados, y de las polvorientas librerías de viejo a las más selectas bibliotecas de los coleccionistas internacionales. Un libro será investigado como si de un crimen se tratase.




                La carta esférica, 2000, el misterio, la intriga y la navegación se mezclan con la historia en una novela fascinante. Un marino sin barco, desterrado del mar, conoce a una extraña mujer que posee, tal vez sin saberlo, respuestas a preguntas que ciertos hombres se hacen desde siglos

Cazadores de naufragios en busca del fantasma de un barco perdido en el Mediterráneo, problemas de latitud y longitud cuyo secreto yace oculto en antiguos derroteros y cartas náuticas, museos navales, bibliotecas...


              La reina del sur, 2002, «Sonó el teléfono y supo que la iban a matar. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil, la cuchilla en alto, el cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba en los azulejos. Bip-bip. Se quedó muy quieta, conteniendo el aliento como si la inmovilidad o el silencio pudieran cambiar el curso de lo que ya había ocurrido. Bip-bip. Estaba en la bañera, depilándose la pierna derecha, el agua jabonosa por la cintura, y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo del agua fría. Bip-bip. En el estéreo del dormitorio, los Tigres del Norte cantaban historias de Camelia la Tejana. La traición y el contrabando, decían, son cosas compartidas». Como soy fan y se me puede acusar de ser poco objetiva dará igual lo que diga, pero me encanta como mantiene la tensión sin desmerecer el cuidado del leguaje. El narcotráfico como tema principal. Magnífico Pérez-Reverte. 

 


                Sidi, 2017, hace unos días cuando publiqué que me habían regalado su último libro, mi grupo de lectura de chicas me dijeron que no habían leído nada de él y me remetieron temas que no iban con la literatura. ¿Cómo podéis juzgar sin leerle una sola vez? Querían leer el último, dije no, prefiero primero leerlo sola, luego más adelante, lo hacemos juntas, pero no podían esperar, Sidi. Sabía lo que iba a suceder, su uso del lenguaje les sorprendió, su léxico, del que buscamos muchísimas palabras que se van perdiendo. Al principio lo cogieron como si fuera a explotar si no se acababa de dos días, «Las prisas también matan», les dije usando una frase del protagonista, bajamos el ritmo y disfrutamos de la historia. «El arte del mando era tratar con la naturaleza humana, y él había dedicado su vida a aprenderlo. Colgó la espada del arzón, palmeó el cuello cálido del animal y echó un vistazo alrededor: sonidos metálicos, resollar de monturas, conversaciones en voz baja. Aquellos hombres olían a estiércol de caballo, cuero, aceite de armas, sudor y humo de leña.

»Rudos en las formas, extraordinariamente complejos en instintos e intuiciones, eran guerreros y nunca habían pretendido ser otra cosa. Resignados ante el azar, fatalistas sobre la vida y la muerte, obedecían de modo natural sin que la imaginación les jugara malas pasadas. Rostros curtidos de viento, frío y sol, arrugas en torno a los ojos incluso entre los más jóvenes, manos encallecidas de empuñar armas y pelear. Jinetes que se persignaban antes de entrar en combate y vendían su vida o muerte por ganarse el pan. Profesionales de la frontera, sabían luchar con crueldad y morir con sencillez.

»No eran malos hombres, concluyó. Ni tampoco ajenos a la compasión. Sólo gente dura en un mundo duro.». Nunca imaginé que pudiese levantar tantas pasiones.

 


 

                El italiano, 2021, la leí en grupo, una novela de amor, se destaca por encima de todo, para mí, que lo es, destaca la guerra y sus consecuencias. En los años 1942 y 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, buzos de combate italianos hundieron o dañaron catorce barcos aliados en Gibraltar y la bahía de Algeciras. Inspirada en hechos reales. Elena Arbués, una librera de veintisiete años, encuentra una madrugada mientras pasea por la playa a uno de esos buzos, desvanecido entre la arena y el agua. Al socorrerlo, la joven ignora que esa determinación cambiará su vida y que el amor será sólo parte de una peligrosa aventura. Tengo pendiente una lectura conjunta de esta novela para enero con mi grupo de chicas.

 

 

 

He leído alguna otra novela digital, pero con esta muestra es suficiente para desearle un ¡Feliz cumpleaños!

 

¡Feliz lectura!

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