Orgullo y Prejuicio de Jane Austen

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#OrgulloyPrejuicio

#JaneAusten

Traducción #PatriciaFrancoLommers

Edita #EdimatLibros

 

 

Sinopsis

«Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa». Nueva traducción ilustrada de la novela de Jane Austen. Este comienzo, que, junto con el de Ana Karénina, es quizás uno de los más famosos de la historia de la literatura, nos introduce sabiamente en el mundo de Jane Austen y de su novela más emblemática. Orgullo y prejuicio, publicada en 1813 tras el éxito de Juicio y sentimiento, reúne de forma ejemplar sus temas recurrentes y su visión inimitable en la historia de las cinco hijas de la señora Bennett, que no tiene otro objetivo en su vida que conseguir una buena boda para todas ellas. Dos ricos jóvenes, el señor Bingley y el señor Darcy, aparecen en su punto de mira e inmediatamente se ven señalados como posibles presas. De hecho, la relación entre la hija mayor, Jane, y el señor Bingley parece muy prometedora pero, por influencia del arrogante señor Darcy, se frustran todas las esperanzas. La intervención de Elizabeth, la hija segunda, perspicaz, consciente de su valor, y algo rebelde, determinará el rumbo de la novela. En ella el opresivo ambiente de la familia, la presión del matrimonio, la diferencia de clases, el fantasma de la pobreza y la delicada sensibilidad de una heroína decidida, pero no libre de errores de juicio y dudas de comportamiento, se conjugan para crear una obra maestra leída a lo largo de más de dos siglos.

 

Impresiones

 

 

«Vanidad y orgullo son cosas muy distintas…»

 

Hace un tiempo mi hija tuvo ese momento donde lo poco o mucho que leía tenía que tener un regusto romántico. Eligió dos novelas, superventas en su momento, y trascurridos unos días, me dijo, no me gusta la novela romántica. Mis intentos para que leyese alguno de los clásicos del género se zanjó con un NO. Pero todo llega. Hará unas semanas me dijo que tenía que leer un clásico, el que ella eligiera y no sabía.

                No voy a revelar nada que un lector no descubra sumergiéndose en sus páginas, de lo poco que he leído de la autora, la novela que más me gusta es Orgullo y Prejuicio, y si hoy está aquí es por varias razones, las mismas que le di a mi hija. Su fecha de publicación original fue en 1813, no podemos perder de vista este dato, no podemos descontextualizar la novela, una época donde la mujer era un mero objeto, así que, valoremos lo que reclama, el derecho a elegir; lo segundo, para mí importante, Jane Austen era una mujer muy observadora. ¿Por qué es observadora? Es analítica, nos ofrece descripciones de la psiquis de cada personaje, mientras que de su aspecto exterior nos da tres o cuatro pinceladas; muy selectiva en sus relaciones, lo vemos a través de sus personajes, hermética, ¿no son así sus dos personajes femeninos más mimados a lo largo de la novela, Lizzy y Jane? Las novelas de esta autora buscan el mismo fin, entretener, por supuesto, pero, sobre todo,  acumular conocimientos sobre el complejo mundo de las relaciones personales y el comportamiento humano, desvelar la clave del romanticismo, a lo largo de la novela hay varios apuntes de cómo debe comportarse una mujer ante el galanteo del hombre, la respuesta que debe darle a este si no cumple las expectativas, y descubrir por qué la realidad es de esta forma y no de esta otra, por qué Darcy es así cuando lo tiene todo, nos lo dice él mismo al final, por qué Bingley se comportó así con Jane en su relación…

 

«La felicidad en el matrimonio no es más que el fruto de la fortuna…»


                Esta novela está escrita en clave de humor, si la hubiese escrito con saña, ¿qué hubiese sucedido? Nos descubre los sentimientos, los deseos, los sufrimientos de los personajes sin dramatismo. El amor, la amistad, la familia, la presión social son los temas que siempre trata. La frase de arriba si la buscáis en el libro, capitulo vi, es una advertencia, por mucho que conozcas al otro siempre puede cambiar tanto como para terminar odiándolo. En el juego de la seducción no se muestras las cartas, es en la convivencia diaria cuando uno no puede mantener la fachada. «Hay mucha maldad en estos artificios…». Ni un pelo de tonta. Sus personajes femeninos sin ninguna duda se cuestionan sus condiciones y costumbres, chirría su madre o la tía de Darcy, la autora es capaz de encorsetar esos personajes hasta asfixiarlos, pero no es cruel con ellos, sabe que son así por la presión social, por el peso que tiene un desliz como el de su hermana Lydia para el resto de la familia, han vivido siempre sometidas a ese escrutinio. (sobre este punto, destaco la conversación que Lizzy tiene con su padre sobre sus hermanas pequeñas, capitulo 41). Los personajes masculinos, hasta el más desgraciado, Señor Wickham, fruto del error, le comprendemos no le justificamos. Pero hay un punto que quise mostrar a mi hija, la autora era consciente de que el cambio no vendrá nunca por la rebeldía o rebelión de las mujeres, si no por los hombres, de muestra dos botones, el señor Bennet, prefiere la felicidad de su hija al negocio que podría hacer con su cansamiento; el segundo, Darcy, así como con el señor Collins la mujer siempre estará sometida, el primero no busca eso de una compañera, no busca alguien que le dé la razón, sino que le muestre otro camino.

                Y nos encanta la calma de Jane, nos engancha la personalidad de Lizzy, pero…, hay un momento, cuando la protagonista nos dice que está locamente enamorada de Darcy, una frase en concreto, donde mi hija abrió los ojos como platos y dijo, pero bueno…, no pude evitar reír, reírme mucho, ¿qué fue lo que decidió a Lizzy y su corazón? Sin ninguna duda fue una buena perfilista.

 

¡Feliz lectura!



PD: no he podido seguir la lectura como hubiese deseado, por razones obvias, ella leía en ratos donde yo no estaba, así que, opté por el audiolibro en los trayectos en coche. Muy recomendable. 

                   

 

Autora

 

Jane Austen (Steventon, Hampshire, 1775 - Winchester, Hampshire, 1817) reflejó en su obra la vida de la clase alta inglesa de su época con un sutil espíritu crítico que la ha convertido en una de las escritoras más leídas y reconocidas, un verdadero clásico popular. Escribió seis novelas, Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, Mansfield Park, Emma, La abadía de Northanger y Persuasión, publicada póstumamente; la novela breve Lady Susan y dos novelas inacabadas, Los Watson y Sanditon.

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