Juan José Millás

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Tal día como hoy…

… el 31 de enero de 1946 en Valencia nació #JuanJoséMillás.

 

 

Juan José Millás García, o Juanjo Millás, es un escritor y periodista español. Su obra narrativa, traducida a más de una veintena de idiomas, ha sido reconocida con los más prestigiosos galardones literarios del ámbito hispano. Dentro de esta labor, es el inventor de un género nuevo: el articuento. El articuento es un neologismo acuñado por Juan José Millás para denominar a un subgénero literario, que se erige como un híbrido entre la literatura y el periodismo, más concretamente entre la columna de opinión y el microrrelato, pues en él se presenta la realidad con tintes de ficción, y viceversa.

 

He leído de este autor no tanto como me hubiese gustado, pero el tiempo marca y hay mucho por leer y descubrir. Como siempre os digo, un autor de los míos, de los que exploran el alma, buscando respuestas en las vivencias del pasado y su peso en el presente, que invitan a la reflexión y a la exploración de nuestra propia identidad. Habla de la identidad, Millás explora la construcción de la identidad a través de las relaciones con los demás y a través de la memoria. La infancia y los recuerdos de la infancia son elementos recurrentes en la obra de Millás, estos recuerdos influyen en la forma en que percibimos el mundo y nos relacionamos con los demás, interesante la relaciones paterno filiales. Del vacío como consecuencia de las dos anteriores que genera soledad y ansiedad. Para él la respuesta a los problemas de la mente se encuentra más cerca de lo que creemos, el problema es que no lo vemos, porque miramos sin ver. Millás es un maestro del lenguaje y con un estilo narrativo original, ambos al servicio de la complejidad de los pensamientos y emociones de sus personajes.  

 


El desorden de tu nombre, 1987.

 

Cuando Julio Orgaz, ejecutivo de una empresa editorial, sale cada martes y viernes de la consulta del psicoanalista, encuentra en el parque a Laura, mujer casada que le atrae inexplicablemente y de la que en poco tiempo se enamora. Pero la mirada de Julio descubre a veces, en el rostro de Laura, los rasgos de otra mujer a la que amó. Me viene a la cabeza una palabra, ANSIEDAD, eso es lo primero que recuerdo cuando cojo el libro entre las manos. El protagonista tiene miedo a la soledad y huye de ella en la consulta del psicoanalista o reviviendo un amor del pasado. Esta novela, pone mis apuntes, tiene un juego muy interesante entre narrador y protagonista.

 


Dos mujeres en Praga, 2002.

 

«Todo el mundo tiene una herida por la que supura un “lo que no”, que ningún “lo que sí”, por extraordinario que sea, logra suturar».

Luz Acaso quiere que alguien escriba su biografía. Tiene cuarenta años y sufre una depresión que vive en la soledad de su casa. Recurre para ello a Álvaro Abril, un escritor obsesionado con la idea de haber sido adoptado en su infancia que lucha contra el fracaso de sentir que tal vez nunca volverá a tener una historia que contar. A las clases del taller literario que dirige Álvaro se acerca María José, que tapa su ojo derecho con un parche porque intenta escribir una «novela zurda», consciente de la importancia de ver el mundo desde una perspectiva distinta a la habitual para entenderlo.

Realidad y ficción se entremezclan en el relato que Luz narra a Álvaro, de forma que su biografía termina reflejando una vida imaginada en la que, sorprendentemente, el escritor encuentra cada vez más conexiones con la suya, igual que le ocurre con el periodista que entra en su vida para escribir un reportaje sobre las adopciones. ¿Podría tratarse, en realidad, de sus padres biológicos?

En Dos mujeres en Praga, novela ganadora del Premio Primavera en 2002, Juan José Millás aborda algunos de los temas más representativos de su universo narrativo, como la identidad, la obsesión por el doble, los límites que separan la realidad de la imaginación, las casualidades y los fantasmas que cada uno de nosotros lleva dentro.

 

 

 


Laura y Julio, 2006.

 

«¿Quién se haría cargo, en fin, de todo aquello de lo que se había ocupado él cuando habitaba el otro lado del espejo, quizá el otro lado de sí mismo?».

Laura y Julio reciben una llamada de teléfono que altera su mundo: un coche acaba de atropellar a Manuel, su vecino, que agoniza malherido en un hospital. Forman uno de esos matrimonios sumergidos en una cotidianidad que ninguno cuestiona; los años los han ido moldeando tan uniformemente que tal vez, más que una pareja, parezcan hermanos. O tal vez no. Tal vez la llegada de Manuel a ese piso contiguo y simétrico al suyo abrió entre ellos una grieta, un gran vacío que ya es difícil de salvar. Por eso, cuando el matrimonio hace agua tras la desgracia de Manuel, Julio se instala clandestinamente en el piso ahora deshabitado de su vecino, y allí poco a poco va haciendo suya una realidad que no le pertenece. Quizá lo que ocurre es que está empezando a dejar de parecerse a Laura para confundirse con Manuel.

En ese lugar tan semejante a su propia casa y al mismo tiempo tan diferente, siente poco a poco haber atravesado un espejo para habitar el otro lado, una vida nueva desde la que puede observar la suya propia (su exvida) y la de su mujer (su exmujer), y en ambas descubre cosas que nunca sospechó. ¿Cuál de las dos existencias es más real? ¿Aquella de la que ha sido expulsado o esa en la que se ha instalado como un impostor?

 

 

 


El mundo, 2007.

 

«Qué habría ocurrido si aquel día lejano de mi infancia no hubiera regresado al sótano por el mismo agujero por el que había salido de él. Tal vez la vida hubiera mantenido siempre aquel brillo o aquella fiebre».

«Hay libros que, al modo del automóvil que se salta un semáforo, se cruzan violentamente en tu existencia. Este es de los que se saltan el semáforo —explica Millás—. Me habían encargado un reportaje sobre mí mismo, de forma que comencé a seguirme. Un día me dije: “Mi padre tenía un taller de aparatos de electromedicina”. Entonces se me apareció el taller, conmigo y con mi padre dentro. Él estaba probando un bisturí eléctrico sobre un filete. De súbito, me dijo: “Fíjate, Juanjo, cauteriza la herida en el momento mismo de producirla”. Comprendí que la escritura, como el bisturí, cicatrizaba las heridas en el instante de abrirlas e intuí por qué era escritor. Acababa de ser arrollado por una novela».

Ganadora del Premio Nacional de Narrativa y del Premio Planeta, alabada por la crítica y los lectores, El mundo narra con maestría el tránsito a la vida adulta de un adolescente, pero también el descubrimiento de una manera original e imaginativa de observar y entender la realidad. Una palabra se viene a mi cabeza, NEUROSIS, recuerdo el patrón repetitivo, una lectura muy recomendable.

 

¡Feliz lectura!

 

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