Marzahan, mon amor de Katja Oskamp

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#Marzahanmonamour

#KatjaOskamp

Traducción #SantiagoMartínArnedo

Edita #HojadePlata

 

 

Sinopsis

 

A sus cuarenta y muchos años, Katja es una escritora en crisis y una madre sin nido ya que atender. Como mujer, por cortesía de la sociedad, empieza a volverse invisible, momento ideal para hacer cosas terribles o maravillosas. Y así, en 2015, Katja cambia la pluma por la bata blanca y empieza a trabajar como pedicura en un salón de estética del barrio berlinés de Marzahn, una de las zonas residenciales prefabricadas más grandes de la antigua RDA. Allí viven el señor Paulke —toda una vida arrastrando frigoríficos y pianos—, la dulce señora Guse, que ya tiene escogida la música para sus funerales o Fritz, los pies más bonitos de toda la consulta. 

Marzahn, mon amour es un homenaje a un barrio y a sus gentes, Historia andante de una época que revive ahora, a ritmo de pedicura y de caricias. Un libro bello e importante, como los cerezos en flor de la pradera frente al salón en primavera; como la incombustible señora Blumeier rodando risueña entre ellos con su elegante modelo eléctrico; o como una resplandeciente manicura de fantasía. Porque a veces ocurre que toda la belleza de este mundo se concentra en una única uña.

 

 

Impresiones

 

«… una profesional sabe que solo parte de la comunicación sirve exclusivamente para el intercambio de información, el resto, de hecho la mayor parte, obedece a un fin diferente…»

 

Nadie dice nada por nada, todo obedece a una razón. Compaginé estudios con trabajo, no podía ser de otra forma, fui vendedora de unos grandes almacenes, es muy curioso como las personalidades de esta novela las conocí en mi día a día. Los moralistas, los sacrificados, los serviciales, los controladores, los “carismáticos” o políticos, de estos últimos mejor corro un “estúpido velo”, cómo llegué a aborrecer una frase «¡Tú no sabes con quién estás hablando!», resumiendo que me voy por los cerros de Úbeda, esta historia podía ser la mía y la de muchos camareros,  peluqueras y profesionales que están cara al público. Es cierto que la psicología es esencial para vender, pero muchas veces no todo era venta, en mi caso el cliente se acercaba solo para hablar, terminabas, como le sucede a la autora, con el tiempo terminas conociendo a tus clientes, sus peculiaridades y sus historias. Se les coge cariño, no se les trata igual porque cada uno reclama unas necesidades emocionales diferentes. Te alegras de verlos y de compartir unas horas de conversación, te alegras de saber que siguen bien. Veintipicos años después de dejar ese trabajo he coincidido con aquellos clientes y no os hacéis una idea de lo emotivo que es que se acuerden de ti y te saluden con tanto cariño.

 


 

                El salón de estética es un termómetro social que nos dará una visión de las personas que viven en ese barrio y de sus rutinas. «Somos refugiados y los refugiados tenemos que esforzarnos el doble…». La mayoría de la clientela es de edad avanzada, a través de sus relatos conoceremos una parte de la historia del país y del barrio, hechos históricos que marcaron sus vidas, relaciones intensas, personas preocupadas por su seguridad física y emocional, en un entorno que para ellos forma parte de su existencia, sus vecinos de toda la vida, sus parques y tiendas. Esas conversaciones regulares son tan valiosas, con nuestra narradora, con sus amigos, con el tendero y con el cartero. Pensamientos y sentimientos forman parte de cada uno de ellos, la señora Guse «No tiene demencia. Simplemente se está alejando…», la sabiduría de alejarse de lo que resta y no suma. El señor Paulke, la primera ausencia, cómo pesa… Nuestra narradora escucha con empatía, demuestra una paciencia infinita, ese político de medio pelo o el señor Hübner, requiere de mucha profesionalidad, qué poco se valora. La señora Blumeier es mi padre con su polio, su silla de ruedas y su buen humor «… algunos se toman un catarro como una afrenta personal…». La rusa, ¿por qué?, con su historia esa ignorancia social y poca empatía hacia el sufrimiento ajeno, «… siempre ha habido idiotas».  No quiero destriparos la obra, pero cada uno de ellos es alguien cercano de todos vosotros, da igual que este ambientada en Alemania, si te decides a leer Marzahn, mon amour, ¿qué elementos en común encuentras?

 

No había leído nunca a Katja Oskamp su historia es de una humanidad que hacía tiempo no leía, de gran belleza y dulzura. La belleza de lo cotidiano, eso exalta Katja en su novela, la pedicura en un barrio pobre, pero también desde la puerta, mientras fuma un cigarrillo con su compañera, nos muestra el pulso de la edad madura. Esa dedicación al cuidado de los pies, nos ensaña la conexión tan necesaria en los seres humanos, somos seres sociales que necesitan relacionarse. La importancia de la empatía y la compasión, creo que esta es la reflexión que nos ofrece, como decía Robert Williams, «Cada persona que conoces está librando una batalla de la que no sabes nada al respecto. Se amable siempre». Escuchar y respetar, eso no significa justificar, solo comprender. El tema de la novela, la vejez y lo que conlleva, la soledad, la enfermedad y la muerte.  

 

¡Feliz lectura!

 


Autora

 

Katja Oskamp, (Leipzig, 1970), es una escritora y dramaturga alemana afincada en Berlín. Tras su formación teatral y literaria trabajó como asesora teatral en el Rostock Volkstheater y colaboró como crítica teatral para el Berliner Zeitung. En el 2003 debutó en literatura con el libro de relatos Halbschwimmer (Ammann) y un año más tarde ganó el Premio Rauriser de Literatura. En 2007 su novela Die Staubfängerin (Ammann) fue galardonada con el Premio Anna Seghers. Tras distanciarse unos años de la creación literaria, en 2019 retomó la escritura y publicó Marzhan mon amour (Hanser), novela autobiográfica sobre sus vivencias como pedicura en un salón de belleza del popular barrio berlinés de Marzahn. La obra fue una gran sorpresa literaria ese año y recibió el aplauso unánime de crítica y lectores. 

 

 

 

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