Yo voy soñando caminos de Antonio Machado
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Edita #NóricaLibros
Sinopsis
Yo voy soñando caminos es un recorrido por las ciudades en las que
vivió Antonio Machado. A través de los más de cuarenta poemas que ha
seleccionado Antonio Rodríguez Almodóvar descubriremos estas ciudades, tan
importantes en la vida del poeta.
«Por mi devoción por Antonio Machado y su obra he visitado todos los sitios
en que vivió y en todos he sentido la misma emoción, que es la que trasmiten
sus versos, lo que habla de su capacidad poética. Volver a sentirla viendo las
acuarelas de Leticia Ruifernández indica hasta qué punto la ilustradora ha
captado la esencia de Machado en sus territorios y su capacidad para
trasmitirla al lector del libro, más que lector contemplador como Machado lo
fue del mundo en el que le tocó vivir. En la introducción de Antonio Rodríguez
Almodóvar y en el apunte biográfico final se relacionan todos o casi todos:
Sevilla, Madrid, Soria, Baeza, Segovia, Valencia, Barcelona y Rocafort (estos
tres en mitad de la guerra civil) y Colliure, en Francia, donde murió. Un
itinerario que es ya un peregrinaje poético para sus admiradores […]». Epílogo
de Julio Llamazares.
La angustia, el vacío más hondo, la ausencia, la nostalgia provocada por la
perdida y ese deseo de recuperar el tiempo, un tiempo que ya nunca volverá a
ser el mismo.
«Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
Y un huerto claro donde madura el limonero…»
Cuando empecé a confeccionar la lista de libros bajo el título Caminar,
el primer autor que me vino a la memoria fue Antonio Machado, gran caminante y
de esos paseos nacieron muchas de sus obras. No quería recuperar sus versos más
conocidos, que todos los son, pero uno en especial se asocia a caminar, «Caminante
no hay camino…». Busqué en la librería y elegí esta maravillosa obra con
las ilustraciones de Leticia Ruifernández, de la que tengo varios libros ilustrados por esa
sensibilidad que muestran sus acuarelas, y el epílogo con la reflexión de Julio
Llamazares. No voy a poner cientos de versos, solo algunos elegidos al azar que
evocaron momentos y con ellos las sensaciones y las emociones que comparto con
el autor, por cierto, a este lazo invisible que une autor y lector, se le
conoce cómo, apercepción, los versos de Machado nos conectan con
nuestras propias experiencias y emociones. Por este detalle sus poemas son tan
perdurables.
«Yo voy soñando
caminos
De la tarde. ¡Las
colinas
Doradas, los verdes
pinos,
las polvorientas encinas!
...»
Para los que caminamos
tanto, qué familiares son estos detalles.
«Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
El son del agua, cuando el viento sopla…»
Los versos de Antonio Machado
son pura sensación, quién al leer no evoca el sonido de las hojas mecidas por
el viento, quién no siente como propio ese viento en la cara.
«Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
de nevasca y ventiscas los crudos soplos del infierno»
¿Quién no reconoce la primavera en estos versos?
«Con el ciruelo en flor y campo verde,
con el glauco vapor de la ribera,
en torno de las ramas
con las primeras zarzas que blanquean…»
Supo captar la esencia de la naturaleza, de los pueblos…, la belleza de
cada lugar, el paisaje unido con las emociones, con la profundidad de los sentimientos
humanos, la lectura de sus versos es un placer para los sentidos. Con cada
verso tienes ganas de recorrer cada camino, cada sendero, cada pueblo…, las
ilustraciones invitan a caminar, es un viaje íntimo que nos une más a Machado.
Soy fan a la editorial Nórdica Libros por estas joyas que unen la poesía y el arte
con tanta elegancia y sensibilidad. Leyendo esta obra reflexionaremos sobre el
tiempo, la memoria y la condición humana.
¡Feliz lectura!
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