Susaki Paradise de Yoshiko Shibaki
Hi
#SusakiParadise
#YoshikoShibaki
Traducción #YokoOgihara y
#FernandoCordobés
Edita #GalloNero
Sinopsis
«Pasado el puente, en la entrada
del barrio del placer, se levantaba un arco que sustituía a la gran puerta que
presidió el lugar en tiempos remotos. Allí se iluminó un neón en el cual se
leía: Susaki Paradise. La calle principal al otro lado se extendía en línea
recta hasta que quedaba cortada por un dique. En la parte derecha se encontraba
el primer barrio de Benten y, a la izquierda, el segundo. En conjunto, era un
pequeño mundo rodeado de agua distinto a todo lo demás.»
Publicado en 1955, Susaki Paradise reúne seis historias
interconectadas que giran en torno a la decadente taberna Chigusa y su
propietaria, Tokuko, y que combinan el lirismo con un mundo salvaje.
Shibaki retrata con un realismo desalmado a estas trabajadoras del sexo que
viven en los márgenes de la sociedad. Lo que une a las mujeres de estas
historias es la urgencia inquebrantable con la que viven sus vidas en medio de
los desafíos del período de posguerra. Una joven de quince años recién
reclutada cuya inocencia infantil se hace añicos en cuestión de días, una
exprostituta que anhela tener su propio burdel, una camarera dividida entre un
novio suicida y un seductor motociclista. Todos los relatos conforman una
mirada tierna a los sueños rotos de aquellas mujeres que alimentaban las fantasías
de los hombres.
Las historias aquí reunidas sirvieron de inspiración para las películas Suzaki
Paradise: Barrio Rojo, de Yûzô Kawashima, y La calle de la vergüenza, de
Kenji Mizoguchi (ambas de 1956).
Impresiones
Más que por la historia, que sí,
más que por el perfil de los personajes, que sí, me gusta lo que cuenta la autora,
lo que se deja ver, el retrato de una sociedad, el pensamiento, la crítica
social…
«A Tsutae le daba rabia que
fuera tan inútil. Un hombre de verdad, aunque cuando hiciera cosas que no debía,
tenía que mantener el control de la situación, dominar a su mujer, pero le
tenía lástima porque se daba cuenta de que en el fondo era incapaz de una
maldad»
«Si solo se trataba de cuerpos
jóvenes y elásticos, le grito en una ocasión a uno de ellos, ¿por qué no se
acostaba entonces con una pelota?»
«Donde no había dinero,
pensaba ella, no había vida ni felicidad…»
«… que lo más importante para
una mujer era ponerse guapa»
«… una mujer no podía criar
sola a su hijo»
«Su obsesión terminó por darle
un sentido a su vida»
«Ni le gustaba el trabajo ni
tampoco lo odiaba. Tan solo lo aceptaba con naturalidad, como si fuera un modo
de vida como cualquier otro»
«Las personas solo podemos
confiar en el dinero, así que debía empezar a ganarlo lo antes posible»
«Su hambre no solo fue de
alimento, también de calor humano…»
«Decidió que se vestiría como
las demás, aunque para ello tuviera que robar. Se había criado en plena guerra…
Los hombres la tentaban, como le sucedía con los lujos, y desde que empezó a
trabajar en el barrio del placer compró uno tras otro, si bien eso no le
ofreció ningún consuelo»
«Soñar era la libertad de
todos»
«Es posible que, una vez
contraen matrimonio, las mujeres cambian de personalidad»
«Así son los hombres. Tienen
problemas en el trabajo que hacen llorar a su mujer y sus hijos y descargan su
ira con una pobre mujer con la que se cruzan por casualidad»
«Tampoco era tan guapa como
para organizar todo ese alboroto…»
«… maltratan tanto su cuerpo,
que según entra el dinero, sale…»
Leyendo solo las frases que elegí,
de las muchas que cada lector puede elegir, se ve una sociedad rota por la
guerra y por el padecimiento de la posguerra, precarizada y emocionalmente
desorientada. Está hambrienta de alimentos, pero también de afecto, seguridad y
propósito de existencia.
A
lo largo del texto se ve la marginación que sufren los personajes, la precariedad
en la que vive, la prostitución como vía rápida, la frustración. El barrio del
placer no es igual a esclavitud, pero no hay libertad, no es un hogar, es un
lugar cerrado para controlar la actividad, es un puente que, si cruzas no hay
retorno, una forma de sobrevivir, pero realmente es una trampa, no cruces o no
volverás dice una y otra vez Tokuko.
A
lo largo del libro la autora nos deja ver como la imagen de la mujer depende de
la mirada masculina, tremendo, la belleza como valor de cambio, vales tanto
según el deseo que despiertas. Acabo de terminar Una mujer en Tokio de
Aki Shimazaki y veo exactamente la misma idea, hay años entre una obra y otra,
curioso. Hay cierta ironía, la sexualidad está mercantilizada, la mujer reducida
a un simple objeto.
La
dependencia económica y emocional de la mujer respecto del hombre, no pueden
criar solas a sus hijos, y cambian según se casan, tremendo. El dinero es una
identidad, si no tienes dinero no tienes nada, no solo nos habla de lo
necesario que es para sobrevivir, también de tanto tienes tanto vales.
Supervivencia, esa sería la
palabra que define la obra, la resignación, la resistencia, el trauma, la búsqueda
del sentido de vida, la necesidad de pertenecer. Es una obra de seres
complejos, fragmentos de vida que viven en la desesperanza. No son relatos
sentimentalistas, la autora huye de eso, no empatizas con ellos, solo intentas
comprenderles, son seres marginados que sueñan con algo mejor.
Muy
recomendable, es una obra que nos describe una sociedad herida tras la guerra y
la posguerra que sufren. Hablaremos de la mirada masculina y la sexualidad
mercantilizada, por no decir el cuerpo femenino. La cosificación de la mujer.
La dependencia, la marginación y la ausencia de libertad. El dinero es el valor
de la persona.
¡Feliz lectura!
Autora
Yoshiko Shibaki fue un escritor
japonés de cuentos y novelas. Recibió numerosos premios por su trabajo,
incluido el Premio Akutagawa y el Premio de Literatura Femenina.
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