Club de juego de Pablo Tébar
Sinopsis
Será una partida a muerte
Guillermo lo tiene todo para ser
feliz: una mujer maravillosa, un hijo encantador, un trabajo bien pagado, un
chalet en las afueras de Madrid y dos perros. Pero se está aburriendo.
Tras la muerte de su madre
comienza a atravesar su particular crisis de los cuarenta e intenta llenar ese
vacío en el polideportivo del pueblo, hasta que un día se apunta a un club de
juegos de mesa, y allí conoce a K.
K es un hombre vulgar pero
magnético que le propone una peculiar empresa: diseñar un juego genial,
diferente, único… Establecen una extraña amistad y lo que empieza como algo
lúdico se transforma en una escalada emocional, llena de adrenalina; un viaje
sin retorno hacia el peligro que solo puede acabar en desastre.
Club de juego es una
historia sobre la culpa y sobre una generación con miedo a envejecer,
sobrecargada de estímulos, que ve en la rutina el peor de sus fracasos.
Opinión
Felices son los tontos, felices son los simples, los que
no desean nada.
No hay muchos libros escritos sobre masculinidad, y este, con el permiso del autor, lo integro. En un momento emocional complicado del personaje principal, veremos como el mundo pierde sentido, las dudas asaltan y el odioso balance de sueños y logros muestra un resultado deprimente. Guillermo nos habla en primera persona, de sí mismo, de lo que siente y piensa. Es un hombre inmaduro, tiene ciertos deseos y fantasías infantiles, por eso muestra esa irregularidad emocional y es un poco ego. Reflexiona poco, es impulsivo y no se responsabiliza mucho, como veremos en el giro tan sorprendente del final.¿La felicidad qué es? Nada en concreto y todo en general, estar bien con uno mismo, tener un estado emocional positivo. Y ¿qué nos da felicidad? Uf, terreno movedizo, es importante descubrirlo, pero la felicidad es abstracta y cambiante. Seguro que cualquiera de nosotros no siente ese estado pletórico de paz interna de la misma forma todos los minutos de su día.
¿Esta
novela habla de la felicidad? No, pero sí. Habla del aburrimiento, cuando no
tenemos nada que hacer o no sabemos llenar nuestro tiempo de cosas que nos carguen
de sentimientos positivos, llega la tristeza, la preocupación y para aliviar este
padecimiento la gente sucumbe a las drogas, al alcohol y a las apuestas. De esto
trata la novela, del aburrimiento y lo peligroso que es.
Nuestro personaje se tortura con la muerte. Toma conciencia de ella, pero también busca alivio al descubrir que todavía no ha llegado, un día más, un día menos. Pero recrearse en el dolor no le convence y busca otra ruta, hay personas distintas que sí, se quedan ancladas ahí. ¿Por
qué pensamos en la muerte de seres queridos, por qué hay gente que se recrea en
el dolor? Quizá porque el dolor y el sufrimiento hacen que el cerebro libere
endorfinas y ya sabemos cuáles son las funciones de esta sustancia. Rebuscado y
retorcido, pero quizá esto nos ayude a comprender esas personas que parecen no
saber disfrutar de la vida de otra forma que, cargándola de penas y dramas,
seguro más de uno conocéis, su cerebro no sabe de otra ruta para encontrar la
felicidad.
Y
esta novela también nos habla de la crisis de los años 40 que padecen los
caballeros, porque parece que las crisis son exclusivas de las damas, y no, no.
Es un momento de la vida donde se examinan los logros, el cumplimiento de
expectativas, se toma conciencia de la muerte, una especie de cuenta atrás se
pone en marcha, y se quiere retroceder en el tiempo, pero literal. Algunos se hacen
injertos de pelo cuando llevan más de veinte años siendo calvos y sin
preocuparles, otros planifican su tiempo libre en tablas de deporte que ni con
quince años hicieron y algunos cambian de look, pelo, rompa y coche, algo que
les haga sentir veinte años menos. ¿Cuál es el nivel de satisfacción de nuestro
protagonista con la vida, con su pareja, con su trabajo? ¿Cuál es su nivel de
expectativa? Es una crisis que aparece con un fuerte cambio emocional, como la
muerte de una madre.
Y
si unes estos dos hilos tienes una novela con un desenlace muy interesante.
Gracias a Pepa Locura de libros y a Planeta por el encuentro con el escritor.
Comentarios
Publicar un comentario