El principito de Antoine de Saint-Exupéry
No es que me guste llevar la
contraria, pero cuando escucho que esta obra es para niños, pienso si realmente
leyó esta historia. ¿Qué su narrativa es sencilla? Sí, pero no por eso está
dirigida a los más pequeños de la casa, la profundidad de la obra es
considerable. Trata temas como la amistad, la soledad, la perdida y el sentido
de la vida. Sí creo que es una lectura para leer con ello, para hablar de las
preocupaciones y los miedos.
Un
libro escrito para niños, dicen, un libro que empieza narrando como los adultos
rompen los sueños de los niños, «abandoné una magnifica carrera de pintor». Si
dejamos leer este libro a los más pequeños, solos, ¿qué les estamos insinuando en
las primeras páginas? A raíz de que un adulto rompiera aquellos sueños
de pintor, vivió solo, sin nadie con quién hablar verdaderamente. El hilo de la
idea sugerida me resulta aterradora: si eres diferente, si tienes sueños distintos,
aíslate y finge ser como el resto. Pero sabemos que no es esta la lectura que
nos ofrece El principito.
Me moveré en las primeras páginas, la escena del
dibujo del cordero, ¿qué nos enseña? Una gran sabiduría que muchos adultos no
tienen, cómo acercarse a otros, cómo entablar una conversación, cómo conseguir
que un ser solitario que no se muestra cómo es, se abrá a un hombrecillo
dibujando un corderillo. Pero también podemos sacar algo más de esas primeras
páginas. El que quiso ser pintor y no lo fue, dice, «Quiero que se tomen en
serio mis desgracias», pero en ningún momento valora que la carcajada del Principito
no es por desdén, sino por afinidad, en ningún momento valora que ese hombrecito
pequeño ha podido sufrir igual o más que él.
Y
estas son las tres primeras páginas, fijaos en el jugo que se puede sacar de esta
lectura con nuestros hijos, es una obra con muchas enseñanzas psicológicas.
Podríamos hablar con ellos que lo esencial es invisible, el amor, la bondad, el
respeto hacia el dolor ajeno, la generosidad y la amistad, valores que se
tienen en la infancia y se pierden en la madurez. Que lo fácil es la queja, ver
la paja en el ojo ajeno es sencillo, porque mirar la nuestra es un ejercicio de
valientes. A lo largo de la vida se enfrentarán a situaciones complicadas,
momentos dolorosos, que no pierdan la ilusión, verán el mundo con otros ojos,
con otra sabiduría. Que no caminen siempre en línea recta si esta no los lleva
a ningún sitio, los atajos no son malos, ni los cambios de dirección, esto último
muy importante, maduramos con los años, y las experiencias, cambian
nuestras opiniones y decisiones, y estamos en nuestro derecho a cambiar.
Me
encanta compartir lecturas con ellos, no me cansaré de decirlo y aconsejarlo.
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