Un hombre enamorado de Karl Ove Knausgard

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#Unhombreenamorado

#KarlOveKnausgard

Traducción #KirstiBaggethum y #AsunciónLorenzo

Edita #Anagrama

 

Sinopsis

 

 

De la muerte a la vida. De ser hijo a ser padre. Éste es el paso de Karl Ove Knausgård en Un hombre enamorado, la segunda parte de las seis que conforman Mi lucha, esa inmensa novela autobiográfica que la crítica ha descrito como «un proyecto demencial que sólo los verdaderos genios pueden alcanzar».

Karl Ove deja a su mujer, deja Noruega y todo lo que conoce, y se marcha a Estocolmo, dispuesto a recorrer los caminos que se abran ante él. Y allí se hace amigo, muy amigo de Geir, otro noruego expatriado, intelectual y fanático del boxeo. Vuelve a encontrarse con Linda, una poeta que le había fascinado años antes en un encuentro de escritores, y que será su segunda mujer.

Y su mundo cambia, y él, escribe y describe sus tempestuosas relaciones amistosas y sentimentales, cuenta cómo es volverse a enamorar, y el largo, dramático período antes de que él y Linda se consoliden como pareja. Y después, los goces y los engorros de la paternidad. La necesidad de escribir y la urgencia por crear, pero también la cotidianidad de la vida en familia, o el cómico fracaso de sus vacaciones, la humillación de las clases de preparación al parto, las peleas con los vecinos, el estrés de pasear a un niño en un cochecito por Estocolmo cuando lo único que él quisiera es sentarse y continuar con su novela…

Y el amor, la ira, la belleza, el aburrimiento y la exaltación fluyen en estas páginas. Knausgård escribe con una veracidad punzante sobre los instantes que componen una vida, la de un hombre apremiado por la necesidad de escribir y de contar, pero también de vivir, de alguien para quien la muerte está siempre a la vuelta de la esquina, y que anhela con igual intensidad la soledad y el amor.

 

 


 

Impresiones

 

«Durante toda mi vida de adulto he mantenido a distancia a los demás, ha sido mi manera de apañármelas…» (49)

 

Tras acabar la lectura y leer el revuelo que se montó con la que es hoy su exmujer, esa frase me asaltó mientras rumiaba la lectura. La intimidad, ¿dónde se encuentra el límite, si lo tiene, dentro de un matrimonio? ¿Cómo puedo escribir mi biografía sin mencionar los defectos y virtudes de mi pareja? ¿Es lícito exponer al otro cuando no lo desea? Durante toda su vida de adulto dice, he mantenido a distancia a los demás, por eso escribe seis tomos de su vida donde no se retrata él, sino a los demás.

                Un hombre enamorado de sí mismo. «Yo nunca he entendido lo de las vacaciones, nunca he tenido necesidad de tenerlas, siempre he preferido trabajar. Pero si hay que tener vacaciones, las tengo» (9), ve a trabajar a una mina en África, quizá valores más las vacaciones, el descanso, el tiempo de ocio, la vida. Una obra que no he podido dejar de leer, por mucho que me produjera rechazo. Escribe sin filtros, son pensamientos e ideas que muchos hemos pensado sobre la crianza de los hijos, pero al  verbalizarlas…, por mi parte hipocresía, lo sé, quizá por eso al principio rechacé la obra, porque me incomodaba. Escribe sin filtros, apunté en las primeras páginas tras leer estas frases, «tenía una hora para mí. La única condición que había puesto…, y aunque Linda no le parecía injusto, pues ella nunca había tenido una hora libre…» (98), esta frase requiere de aclaración, si tuvieron hijos fue porque él lo propuso, pág. 245: «Hemos de tener hijos juntos —dije—. No hacerlo sería un crimen contra la naturaleza», se asfixió con uno y tuvo dos más, durante seis meses se aisló del mundo y la familia escribiendo una obra, y ella se encargó de todo, luego vino la publicación y la promoción, después generosamente dijo, ahora me encargo yo, tú dedícate a lo tuyo, eso sí, una hora diaria para mí. Continúo, «Lo de andar por la ciudad con carro y niña, dedicando mis días al cuidado de mi hija, no aportaba nada a mi vida, no la enriquecía…» (99). Justo en esta frase escribí en mi hoja: escribe sin filtro, masculinidad expuesta, sinceridad total. Pero me sentía incómoda ante tanta sinceridad, ¿por qué? Abogamos por ser sinceros, por hablar con libertad y sin hipocresía, pero cuando alguien lo hace automáticamente e inconscientemente lo rechazamos, no, yo no soy así, pensé, ¿qué me está molestando?

                Volví a empezar, y entonces me fijé más en lo que cuenta, «Yo quería dejar a Linda porque siempre estaba quejándose, siempre quería algo distinto, y nunca hacia nada por conseguirlo, se limitaba a quejarse, quejarse, quejarse y quejarse…» (12). No voy a posicionarme en el bando de él, lo siento, pero una mujer que durante seis meses está SOLA, criando a los hijos, tiene derecho a quejarse hasta quedarse sin voz. ¿Veinticuatro horas al día escribiendo? ¿Hay algún padre escritor en la sala? Que diga si esto es así. ¿Y mujer escritora?

                De cada cosa mala que dice de él, dice otra peor de ella, confiesa que se siente extraño en su propia casa, todo es Linda, «… que nunca será mío, no importa cuánto tiempo viva aquí» (125), me preguntaba si el autor tenía decidido separarse de Linda mientras escribía esta obra.

                Sigue con su retahíla de frase de pobre hombre, «Mi vida me era indiferente» (168). Pero llegamos a la pág. 200, seguimos leyendo sobre la sinceridad del autor, escribir sin filtro y su buenismo en general, cuando cuenta que su mujer, mucho antes de ser novios y empezar una relación, es más cuando ella tenía una relación con uno de sus amigos, sufre una crisis, depresión maniaca. Aquí cerré y abrí el Google, Linda Boström, novelista y poeta sueca, sufre trastorno bipolar, fue ingresada varias veces en un psiquiátrico, la primera la que Karl Ove relata, por lo tanto, sabía que estaba enferma porque su amigo y novio de Linda se lo contó. Por lo tanto, para mí, en ese momento cambia la visión de la lectura, esto no es un hombre sincero hablando, este es un hombre que encontró un filón hablando de los trapos sucios, porque de cada cosa de él, treinta son de ella, ¿a quién expone?

                Y aunque Linda no muestra ningún interés en él, esta colada por su amigo, aquí el mozo no deja el tema, lo consigue, pero es de esas relaciones que se deban ajustar a su demanda y no a la de Linda, porque él es escritor, teniendo muy, pero que muy en cuenta, la salud mental de Linda cuenta cosas la mar de interesante, pág. 248, pág. 259, pág. 261-262 Linda cayó. Así que solucionemos el problema teniendo un hijo. Si la relación era insoportable, ¿por qué no dejarlo cuando Linda lo propuso? 

                «Cuando se queda embarazada todo cambió, porque de repente había un horizonte»

                La solución a todo problema de pareja es tener tres hijos de corta edad, apuntad, en fin. Pág. 307, Linda se amable con los invitados, en este punto, intenta describirme a una mujer manipuladora, que le controla y absorbe, que le quiere aislar, pero le da seis meses de absoluta libertad para escribir sin molestias, ¿qué manipulador sacrifica su vida, su profesión, sus sueños por otro? No os dejéis embaucar por las palabras, analizar el conjunto, ¿por qué cuenta estas cosas?

                Una parte muy interesante de la lectura, pág. 310 el diálogo que mantiene con su amigo Geir, «¿Qué por razones de decencias se debe dejar de lado una parte significativa de la vida de un gran escritor y su diario? ¿Quitar lo desagradable?». Quitando las partes jugosas de una obra, dignas de ciertos programas de la televisión donde se sacan trapos sucios y se despellejan unos a otros, no se hace caja.

                La cronología no me queda clara, salta de una cosa, de una fecha, de un lugar a otro, sería importante, pero como él no da claridad sobre ello, yo, mera lectora menos, pág. 321, «solo has escrito un libro. ¿Te has atascado un poco?», llevaba cuatro años escribiendo y no tenía nada, de qué vivía.

                Cuando descubrí, son mis impresiones, el juego que se traía, empecé a punta. Pág. 374, llega tarde a la primera ecografía porque se le paso el tiempo leyendo, parece malo, pero es tan…, como dirían mis hijos, mono, dice la verdad, es tan sincero…, ya, ya. Sigamos. Pág. 377, ha nacido su hija, Linda coge un monumental enfado porque la ginecóloga no dice que su hija es la más hermosa del mundo, incoherente, de forma sutil nos dice que no estaba es sus cabales, es ilógica e irracional, pobre hombre casado con una loca.

                Voy acabando que como veis da para muchísimo. Un hombre enamorado va de su vida conyugal, de su rol como padre. Dijo, no sé en qué publicación, que su intención era contar todas sus debilidades, sus miserias. En una entrevista que dio a El País dice, «Yo soy simple, pero mi literatura no lo es», al revés. Seis novelas biográficas que empezaron con Mi lucha. Detalla su vida familiar, detalles como escritor, su intimidad, parece franco, sencillo, que habla sin filtros exponiendo sus decisiones y circunstancias, sus pensamientos, pero ¿realmente es lo que parece? Es un texto inteligentemente controlado.

                Su primer libro trato sobre la muerte de su padre, un alcohólico, no lo he leído, pero caerá. Su familia se puso en pie de guerra, en esta segunda su exmujer recorrió los platós hablando de él, Karl Ove dice en esa entrevista, «Mi exmujer es cierto que también montó en colera…». Pero la caja es la caja.

 

Son mis impresiones, seguramente más de un lector habrá vista las bondades del autor. Si os decidís, me contáis.

 

 

                 

 

 

Autor

 

Karl Ove Knausgård (1968) emprendió en 2009 un proyecto literario sin igual: su obra autobiográfica Mi lucha es una gran proeza; está compuesta por seis novelas, la última de las cuales fue publicada en otoño de 2011. Ha obtenido numerosos galardones y una cantidad insólita de lectores, además de un gran número de traducciones. Anagrama ha publicado todos los tomos, con extraordinaria acogida crítica: La muerte del padre: «Digno de admiración» (José María Guelbenzu, El País);Un hombre enamorado: «Gran literatura» (Alberto Manguel, El País); La isla de la infancia: «Magistral» (Rafael Narbona, El Mundo); Bailando en la oscuridad: «Una historia que hemos leído muchas veces pero nunca así» (Anna Caballé, El País); Tiene que llover: «Está llamado a ocupar un lugar privilegiado en la presente centuria» (Ángeles López, La Razón), y Fin: «Ha trascendido las fronteras de la autoficción» (Domingo Ródenas, El Periódico de Catalunya), así como los cuatro volúmenes del ambicioso proyecto que le siguió: el Cuarteto de las estaciones, suerte de enciclopedia personal del mundo formada por En otoño, En invierno, En primavera y En verano: «Todo un recorrido biográfico por las edades emocionales del ser humano, por el paso del tiempo, que al fin y al cabo es el gran tema literario y nuestra esencia humana» (Toni Montesinos, La Razón).  Y la novela La estrella de la mañana: «Knausgård nos sorprende demostrando ser un maestro de lo extraño... El don para contar historias que cautivó a los lectores de Mi lucha se mantiene. Como Stephen King, una de sus inspiraciones aquí, Knausgård se pega a sus personajes: sus párrafos imitan el tejido errático del pensamiento» (Charles Arrowsmith, Los Angeles Times).

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